Varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local de Sarria tuvieron que intervenir este miércoles para disolver una pelea entre dos familias ocurrida en plena vía pública, en la calle Calvo Sotelo, que se saldó con dos personas detenidas y al menos una furgoneta con los cristales destrozados a golpes. Los arrestados también recibieron asistencia médica en el centro de salud al presentar heridas.
El incidente se produjo poco después de las tres de la tarde, en las proximidades de la oficina de Correos, pero al parecer su detonante tuvo lugar un poco antes junto al supermercado Mercadona. Allí, según diversas fuentes, hubo una discusión entre tres mujeres, que supuestamente derivó en la posterior trifulca en Calvo Sotelo, cerca del domicilio de algunos de los implicados.
En esta céntrica zona, y ante la mirada incrédula de los vecinos confinados en sus viviendas, se originó una pelea cuyos dos principales protagonistas fueron detenidos y que congregó a un buen número de personas, algunas de ellas portando palos.
Uno de los participantes rompió a golpes con una especie de bate los cristales de una furgoneta estacionada en el lugar, además de causarle otros desperfectos. Algunas versiones apuntan a que también hubo daños en otro vehículo del bando contrario.
Tanto los agentes de la Guardia Civil, en algún caso de paisano, como los de la Policía Local tuvieron que emplearse a fondo en la intervención para disolver la pelea, ante la persistencia de algunos de los participantes, que no cesaban en su actitud.
Los dos detenidos, a los que presuntamente se les imputarán delitos de daños y lesiones, fueron trasladados también al centro de salud para recibir asistencia por las heridas que se causaron durante la trifulca. Hasta el ambulatorio acudieron también familiares suyos para conocer su estado.
La pelea parece tener su origen en rencillas previas y algunos de sus participantes ya eran conocidos de las fuerzas de seguridad.
El suceso sorprendió a muchos sarrianos a la hora de la comida, de modo que fue seguido en directo por los ciudadanos que guardan confinamiento en sus hogares y que, en algunos casos, captaron con sus teléfonos toda la escena.
