Se le desgarra el útero tras 18 horas de parto inducido y el juez no aprecia negligencia

Falla que estimar mal el peso del feto y darle medicamentos a los que ser alérgica no influyó

Pasillo del servicio de urgencias del Hula. EP
photo_camera Pasillo del servicio de urgencias del Hula. EP

El TSXG exime de responsabilidad al Sergas en el caso de una lucense que sufrió un desgarro de útero tras 18 horas de parto inducido y considera que todas las complicaciones que padeció son "inherentes" a un parto, por lo que concluye que "no existe base para apreciar una conducta irregular, negligente o anómala por parte del personal sanitario".

Según se recoge en la sentencia, la mujer denunció al Sergas alegando que hubo un error en la estimación del peso del feto (estimaron 4,3 kilos y pesó 5,2), y que al haberle inducido el parto durante 18 horas se le provocó un desgarro en el útero que le produjo una hemorragia, causándole un shock hipovolémico, (una afección compleja por la pérdida excesiva de sangre que requiere atención médica urgente, ya que puede llegar a provocar la muerte). Además, explicó que le habían suministrado un analgésico al que era alérgica, a pesar de que constaba en su historial médico.

La denunciante reclamaba 31.000 euros por el "riesgo vital" que sufrió, pero el TSXG exime al Sergas de cualquier responsabilidad

La denunciante acudió al Hula el 29 de abril de 2013 y le dijeron que ingresara a la mañana siguiente en partos para finalizar la gestación. La paciente ingresó el día 30, le realizaron varios controles y le pusieron oxitocina. La paciente tuvo fiebre durante varias horas y le dieron analgésicos. Finalmente, a las tres de la tarde del día 1 decidieron realizarle una cesárea urgente "por fracaso de la inducción", que finalizó a las cinco menos cuarto de la tarde.

Durante la intervención se produjo un desgarro en el útero, lo suturaron y fue trasladada a la unidad de despertar con un cuadro de hipotensión arterial, taquicardia, mareos, malestar y palidez cutánea. Finalmente, le hicieron una transfusión de sangre y evolucionó de forma favorable, por lo que 13 días después le dieron el alta.

La denunciante considera que hubo negligencia, ya que estimaron mal el peso del feto, no tuvieron en cuenta que tuvo una cesárea anterior también por fallo de inducción y le suministraron medicamentos a los que era alérgica, por lo que reclamaba una indemnización de 31.000 euros.

La sentencia concluye que la rotura uterina, aunque infrecuente, es una complicación inherente a la inducción, que las pruebas de reacción alérgica aguda fueron negativas, y que el shock hipovolémico "se debió a una cesárea laboriosa" y también es un riesgo inherente a la intervención.

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