SARRIA. "Desde Santurce a Santiago a paso burra". Este es el cartel que ven los conductores y viandantes al encontrarse con un singular peregrino que recorre durante estos días el Camino de Santiago, Ginés López Marín. Este vasco completa la ruta con un carricoche y acompañado de su borriquilla "Marina" y su perro, de nombre "Como tú".
Comenzó su aventura el 4 de marzo en Santurce para continuar por Burgos y ayer llegó a Sarria tras recorrer 511 kilómetros. El hombre, quien es de Artziniega (Álava), prevé seguir hasta Santiago, Fisterra y Muxía para iniciar el viaje de vuelta a Bilbao. Serán unos 1.500 kilómetros, que los completará en cuatro meses.
Este es ya su tercer Camino y lo hace en un singular carro creado a partir de un vehículo sin carné de un amigo que tuvo un accidente y se lo regaló. El carricoche es tirado por "Marina", que ya lo acompañó en sus anteriores peregrinaciones. Por ella recorre cada día entre 10 y 14 kilómetros porque la «preferencia es la borriquilla». «Ella marca el ritmo», asegura Ginés López, quien tiene al animal desde hace 11 años. La madre de "Marina" se despeñó y hubo que sacrificarla, por lo que él se encargó de criarla desde los tres meses, cuenta mientras descansa en el albergue San Lázaro de Sarria.
A lomos de la burra viaja el perro, de dos años y al que salvó de que fuera sacrificado. «De chiquitín le ponía un arnés para que no cayera de la borriquilla. Ahora se sostiene sobre el animal», apunta. "Como tú" sustituyó a "Scotty", su anterior can que murió atropellado en el Camino.
El carro lo creó a partir de un coche sin carné y es tirado por la burra, sobre la cual viaja cómodamente el perro de nombre 'Como tú'
El vasco llama la atención allá por donde pasa con su carricoche y los dos animales, como ocurrió en Sarria. Muchos viandantes se pararon en la calle y algunos trabajadores salieron de los comercios para observar a estos curiosos peregrinos. «La gente pide fotos. ¡Qué hagan las que quieran!», afirma. Incluso dice que hubo una persona que quería comprarle el burro y el carro, pero «no hay dinero que los pague», indica Ginés López, quien considera a los dos animales como «unos amigos y una compañía».
El peregrino siempre tuvo la idea de recorrer el Camino y se animó cuando se jubiló porque quería hacerlo con «tranquilidad». Lo completó por primera vez en 2015 desde Artziniega y lo repitió al año siguiente, pero desde Roncesvalles y acompañado de su esposa. «El Camino es para disfrutarlo. Me gusta porque conoces a muchas personas y la gente es muy buena y solidaria», destaca el vasco, quien insiste en que la ruta «te cambia la vida».
