Denuncian nuevos vertidos al río Pesqueiras desde la empresa láctea Celega

Los vecinos de la zona dicen que son especialmente preocupantes los fines de semana, cuando hay malos olores y espuma en el agua

No es un problema nuevo, pues los vecinos que viven cerca del río Pesqueiras a su paso por Vilatán, en O Saviñao, llevan más de un año quejándose de la existencia de vertidos contaminantes al cauce desde una empresa láctea, la firma Celega, sin que ningún organismo, dicen, tome medidas al respecto. Ayer insistieron en sus denuncias, destacando que, ahora, los episodios contaminantes se producen principalmente los fines de semana.

Un residente en la zona que prefirió mantenerse en el anonimato se puso en contacto con este diario para explicar que sábados y domingos es cuando el río presenta un peor aspecto. «As augas baixan de cor branco e a primeira hora da mañá hai un cheiro insoportable». También indicó que se pueden ver bolsas de espuma de color blanco que quedan atrapadas entre la vegetación del Pesqueiras.

En la zona, los afectados piden una solución urgente para acabar con estos episodios, culpando a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, e incluso a la Consellería de Medio Ambiente, de «deixadez nas súas funcións», pues a pesar de las numerosas denuncias presentadas tanto por particulares como por la Asociación Veciñal do Saviñao y el colectivo ecologista Adega, «todo segue igual desde hai máis dun ano, por non dicir peor», destacaron.

LO PROBABLE. El colectivo vecinal de O Saviñao considera que, probablemente, el origen principal de los episodios de contaminación radique «na gran cantidade de cisternas que diariamente son limpadas na planta, para o que se usa sosa e nalgúns casos ácidos decapantes. A zona de limpeza está ubicada na parte baixa da empresa». Esto es lo que el colectivo ha recogido en varios informes que han realizado tras un continuo seguimiento del problema y que han acompañado con fotografías para constatar su existencia.

Asimismo, los responsables de esta asociación consideran que la estación depuradora con la que cuenta la empresa láctea Celega es incapaz de procesar todos los restos que llegan a ella, de ahí que se produzcan esos vertidos contaminantes directos al río.

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