Opinión

Demoledora

LA CONFEDERACIÓN Hidrográfica Miño Sil (CHMS) ordenó en una semana demoler en Lugo una rotonda que un plan de la Xunta y el Concello construyó. Y ordenó desmontar un dique en el Miño dentro de las obras de la fábrica de la luz. Demasiada prisa a destiempo. A aclarar todo esto estuvo en Lugo el presidente de la CHMS. Alguna luz «presuntamente» hizo, al menos sobre la playa que se presentó y publicitó y nunca se construyó. La explicación de la ineficiencia, en la playa como en tantas otras cuestiones, siempre estuvo fuera. Seguimos en la sombra, al menos con estos derribos, por lo que respecta a la celeridad con la que debería actuar la CHMS. La política del derribo significa que no se actúa cuando corresponde. Tanto el largo proceso del llamado plan Paradai como el de la fábrica de la luz merecerían un tratado sobre polémicas estériles y evasión de responsabilidades. Es otro asunto. Pero una vez que Concello y Xunta actúan se supone que saben lo que hacen, que diría el presidente de la CHMS.

Adiós a Kant

Kant y Aristóteles se despidieron de los alumnos con los exámenes de esta selectividad. En las múltpiples críticas a la Lomce el arrinconamiento de las asignaturas de filosofía no parece de lo más grave. Pero debería serlo. ¿Quién teme a la filosofía? que escribió un día Fernando Savater ante otra de las múltiples reformas educativas. Filosofía, Valores Éticos e Historia de la Filosofía son asignaturas que existían hasta ahora. Solo quedará la primera como obligatoria en primero de bachillerato. Es responsabilidad de un sistema educativo -y de un Estado moderno- contribuir a que los ciudadanos conozcan mínimamente los fundamentos del pensamiento en el que se asienta la sociedad en la que vivimos y en los que poder anclar una ética autónoma. Ese Kant y ese Aristóteles que se despiden con la selectividad contribuyen a hacer ciudadanos más responsables y más libres.

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