Deconstruyendo a Kant en Lugo

María Jesús Vázquez Lobeiras. (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera María Jesús Vázquez Lobeiras. (Foto: Xesús Ponte)

Se dice con frecuencia que el ser humano es un ser racional. Pero, ¿se propone que lo sean sus acciones y, sobre todo, sus fines? Sobre estas cuestiones reflexionaron los filósofos alemanes Emmanuel Kant y Edmund Husserl, en épocas diferentes -el primero en el siglo XVIII y el segundo, en el XX- y sus ideas sobre la racionalidad han sido comparadas ahora en un estudio internacional que lidera la profesora de Humanidades María Jesús Vázquez Lobeiras.

Junto a ella, participan estudiosos de las universidades alemanas de Treveris y de Landau, la Pontificia Universidad Católica de Perú, y la Universidad de Buenos Aires. A este centro pertenece Mario Caimi, último premio Kant Internacional -un galardón que entrega la Sociedad Kant y la Fundación Fritz Thyssen- y un miembro más del proyecto, que fue incluido en el plan de ayudas del extinto Ministerio de Ciencia y Tecnología en el plan 2009-2012.

María Jesús Vázquez Lobeiras indica que Kant afronta la racionalidad «desde el optimismo de la Ilustración», mientras que Husserl lo hace «en el siglo XX, cuando ya se ve que esos ideales pueden fracasar. Lo trata sobre todo después de la Primera Guerra Mundial, que le afecta especialmente porque perdió un hijo y varios alumnos. Hace una llamada a la vuelta a la racionalidad y señala que es necesario renovar la cultura desde Europa».

El estudio se plantea también si es posible hablar de una antropología filosófica en Kant y Husserl. La conclusión se recoge en un libro que publicará la editorial alemana Olms y apunta que estos autores, si bien investigan la racionalidad, no responden exhaustivamente a la pregunta ¿qué es el ser humano? «Parece que no hemos encontrado lo que buscábamos, pero sí ideas sugestivas. Los dos coinciden en que la racionalidad está en el ser humano, pero hay que desarrollarla día a día y se conquista en la Historia. En general, eran optimistas».

De este proyecto ha surgido otra línea de investigación sobre cómo aproximar la filosofía a la ciencia contemporánea, una óptica que bebe de la teoría del pensamiento complejo del francés Edgar Morin. «Para muchos filósofos la ciencia es el primer exponente de la racionalidad. Kant, por ejemplo, se orientó a la física de Newton. El pensamiento complejo tiene una de sus fuentes en la metodología de la termodinámica y la biología», indica Vázquez Lobeiras. Esta corriente desmonta el análisis racional clásico, que mantiene que el todo equivale a las partes y que analizando las partes se llegará a comprender el todo. «Existen tanto en la física como en la biología ciertos problemas que nos indican que este principio no se cumple: el conjunto es distinto de las partes porque éstas generan interacciones complejas que modifican el todo».

María Jesús Vázquez Lobeiras subraya el estrecho vínculo que existe entre filosofía y ciencia. «La filosofía siempre ha tenido una voz crítica con respecto a la ciencia. Nuestra función es ampliar la conciencia y mantenerla despierta sobre la marcha de la ciencia», señala.

Vázquez Lobeiras reconoce que en el ámbito de las Humanidades «preocupa que estén arrinconadas porque se considere que no son útiles. Son temas que muchos filósofos ya han denunciado. Actualmente se valora el conocimiento si se puede transformar en técnica, luego en producción y, finalmente, en dinero. ¿Cuál es el fin de la ciencia? ¿Hacer dinero y a costa de lo que sea? En el siglo XIX ya se hablaba de eso y de la explotación del hombre por el hombre, ahora se extiende también al planeta», dice.

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