En menos de 10 minutos toda España se había leído los casi 500 folios de la sentencia del procés y los había reposado lo suficiente como para salir a la calle con una u otra banderita. Todos a la calle a censurar o a celebrar las condenas. De toda la vida el español medio ha sido experto en fútbol y medicina. Ahora, entre Alsasua, la Manada y el procés nos hemos vuelto todos, además, juristas. Lo único que permanece intacto y sin variaciones es que somos idiotas. ¿Quién puede creer que la Justicia necesita que la defiendan saliendo a la calle al grito de ¡Viva España!? ¿Quién puede pensar que va a ganar algo jurando que "Spain is a fascist state" desde una barricada? Pues en los casos A y B la respuesta es la misma: idiotas con tiempo libre.
