Dani de la Torre: "Ni se me pasaba por la cabeza hacer una de gángsters"

A película 'A sombra da lei' de Dani de la Torre disfraza de los años 20 lugares como el Círculo de las Artes de Lugo, estos días el ya desaparecido Edén de Barcelona

AL MONFORTINO Daniel de la Torre se le hicieron los ojos agua cuando le cayó en las manos el guion de A sombra da lei, elaborado por Patxi Amezcua. Y se emocionó más cuando supo que podría rodar la película de nuevo en nuestra tierra.

La productora de Vaca Films Emma Lustres fue la que le llevó esta propuesta, porque sabía lo mucho que le fascinan a Dani de la Torre las películas de gángsters. Es una temática cine muy explotada en la cultura cinematográfica de Estados Unidos y, sin embargo, en España -estando en 2017- no tiene precedentes.

"Es que hacer una película de gángsters ni se me pasaba por la cabeza" confesó el cineasta. Sin embargo, tras echarle un vistazo al guion vió las oportunidades que traería este género en España. "Realmente la historia de nuestro país en aquella época no se diferenciaba mucho del Chicago de los años veinte", explicaba entusiasmando Dani de la Torre, sentado en una mesa dentro del clásico Círculo de las Artes, transformado estos días por la magia del cine en un music hall Eden Concert, un conocido lugar de encuentro en Barcelona de aquellos años. No falta ni el cartel luminoso colgado en la fachada.


Sucede que el paso del tiempo y la constante evolución urbana en la capital catalana han acabado con los sitios emblemáticos de aquella época. Por ello -y puede que tan bien por su amor a rodar en casa- el director ha vestido de años veinte a algunos lugares de Galicia. "Han quedado sitios únicos que podían estar desubicados y pasar perfectamente en por la Barcelona de los años veinte, como este music hall que ves aquí", señalaba el director.

No estaba nada desencaminado. La sala en la que nos encontrábamos era en la que todas las navidades muchos lucenses celebran los rellenos o en donde el público atento escucha los muchos conciertos que acoge el Círculo.

Pero con aquel decorado era como echar una mirada al pasado. El salón, lleno de mesas, con lámparas de terciopelo rojas de las que colgaban flecos y sillas con cojines verdes. Del escenario se extendía transversalmente una pasarela que hacía creer por un momento que estabas en un clásico cabaret de la época.

Sobre este brazo añadido para completar el escenario de A lei da sombra, tres bailarinas ensayaban una coreografía vestidas con una sábana blanca, moviendo los brazos. De fondo, sonaba una música que a cualquiera podría evocarle las famosas Flappy girls. Y mientras, realizadores con pinganillos e indicaciones, iban guiando la escena.

En el exterior, observar los lugares modernos con la ambientación de los veinte es impactante. La entrada al círculo invita estos días al espectáculo de Lola Montaner, a la que descubriremos cuando la película salga a la luz. Grandes cuadros con ilustraciones de la estética de la época cubren las paredes verdes del Círculo.

Las estatuas de los fundadores de esta ciudad romana se encuentran tapadas por una valla con panfletos y mensajes políticos. Pues, recordemos, los años viente fueron una época inquieta a nivel ideológico y el cartel político era el protagonista en las calles de aquellos tiempos.

Aparcados a un margen, unos coches de estilo fordiano de principios de siglo atraían ayer la mirada de los transeúntes. Selfies y fotos en medio de los años veinte. Quizá estos voyeurs se sorprendieron más aún cuando los vehículos, en un ensayo, atravesaron una lluvia aritficial para una de las escenas de la cinta. Qué cosas más curiosas produce el cine.

Todo un despliegue de realizadores merodeaban los alrededores del arco de Obispo Aguirre. Otros, encedían y apagaban los focos que darían la luz a un ambiente que acompaña a la idealización de la Golden Age. De vez en cuando, asomaba algún figurante vestido con trajes negros holgados y boinas también negras o algún que otro camarero, con chaleco ajustado y pajarita blanca, de lo que será el Edén.

"Es como disfrazarse y saber que saldrán en la gran pantalla. Esto es lo que hace que tenga más ilusión", decía Daniel de la Torre, satisfecho con el trabajo de los lucenses que se animaron a participar en este escenario efímero. También confesó que, para él, Luis Tosar es alguien le "gustaría ser mientras graba" y que ya está "enamorado" del personaje de Michelle Jenner, muy antagónico del policía al que da vida el actor lucense, motivo por el cual la química es mayor.

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