Cuando Endesa se bebió el Eume

Miembros de Ríos con Vida, grupos ecologistas, pescadores deportivos, promotores del desarrollo rural, colectivos locales de pescadores y amantes de los ríos y el medio ambiente. Todos ellos se han dado cita este domingo a las doce del mediodía a los pies del embalse de A Capela, en A Coruña, en protesta por la desecación que el río Eume viene soportando desde hace más de 50 años. Se cumple un año desde la denuncia interpuesta por Ríos con Vida en contra de la construcción de una presa en dicho embalse por parte de Endesa, y el colectivo sigue esperando "a que se haga justicia".

"Antes de que existiera esta presa, el Eume era un río lleno de vida. Había en él un cauce vivo y los salmones y reos frezaban en el tramo que Fenosa en su día y ahora Endesa han desecado desde hace más de cincuenta años", ha subrayado Mark Adkinson, presidente de la asociación, en la lectura del manifiesto reivindicativo en el que explican que, detrás de esta situación, al lado de las dos eléctricas, se encuentra "una falta total de sensibilidad y de interés en la conservación del medio".

La responsabilidad la han repartido a partes iguales entre Endesa y las administraciones, "los que tenían que velar por la conservación del río", a quienes han reprochado el permitir este panorama "igual que permiten nuevos daños, como el rellenado de las minas de As Pontes, vertidos ácidos y una nueva explotación minera". Otro colectivo más también se lleva una parte de la culpa, los ciudadanos, porque "hemos permanecido pasivos aceptando los hechos consumados y mirando, resignados, el lecho del río seco".

Así las cosas, el colectivo Ríos con Vida nació con la intención de defender los ríos. Hace un año presentó ante la Fiscalía de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Xustiza gallego una denuncia contra Endesa por la vía penal, acusando a la eléctrica de un delito contra los recursos naturales y el medio por "mantener secos 3,4 kilómetros entre el muro de la presa y la central eléctrica donde se turbinan las aguas".

En el manifiesto leído en esta ocasión, el colectivo advierte de que "pronto le tocará el turno al Xallas, al Sil, al Umia y a otros ríos hasta que de buen grado o por la fuerza de la ley, los que les extraen beneficios lo hagan en unas condiciones dignas para el río y sus moradores y dejen de burlarse de una ciudadanía que aborrece ver su río desecado".

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