Los cruceiros de Xermade destacan por su variada y singular tipología

El Grupo Carboeira guió una ruta por los elementos más significativos del municipio en el que participaron una veintena de personas

Los participantes junto al Cristo Enxoito, un caso único en la provincia de Lugo. C PÉREZ - Cruceiros Xermade
photo_camera Los participantes junto al Cristo Enxoito, un caso único en la provincia de Lugo. C PÉREZ

El VIII Roteiro polos cruceiros da Terra Chá. Concello de Xermade, guiado por los tres integrantes del Grupo Carboeira –Fernando Arribas, José Manuel Blanco y Mario Saavedra–, permitió este sábado a una veintena de personas descubrir algunos de los elementos más singulares y significativos del municipio, en muchos casos ejemplos únicos no solo en la comarca, sino en toda la provincia.

"Os cruceiros son unha das cousas máis interesantes que ten a nivel etnográfico Xermade, son unha riqueza", destacó el etnógrafo Fernando Arribas en la presentación de la ruta, que se iniciaba junto a uno de los mejores ejemplos de esa singularidad, el Cristo Enxoito.

"Este é o máis representativo, o máis emblemático, é moi particular polo disco de pedra, coma se fose un paraugas que protexe o cristo e a virxe para que estean secos", explicó Arribas, que precisaba también que non existe ningún otro de sus características en Lugo y que solo existen algunos ejemplos en Galicia, pero ninguno como el de Xermade.

Como nota curiosa, uno de los asistentes a la ruta, el también investigador Antonio Riveira, apuntaba que originalmente el Cristo Enxoito, que es también uno de los más antiguos de Xermade y hoy se ubica junto al consistorio, estaba cerca de la iglesia y el cementerio viejos, al otro lado de la carretera.

El Cristo Enxoito fue el punto de partida de una ruta que permitió a los asistentes, a través de la visita a más de una docena de elementos –en Xermade hay 58 cruceiros, dos cristos, 36 cruces y dos petos de ánimas, que Arribas y Blanco documentaron en un libro hace 17 años–, conocer distintas particularidades de los cruceiros, como sus partes principales o los motivos que los decoran.

También pudieron descubrir a la familia Carboeira, una saga de canteiros de Román (Vilalba) que a lo largo de cinco generaciones, desde mediados del XIX hasta finales los años 70 del siglo pasado, realizaron numerosos cruceiros por toda la comarca, además de nichos u otras construcciones.

De su autoría se localizan varios ejemplos en Xermade, como el de Casavella de Cazás, cuya principal particularidad estriba en que los elementos de la pasión –escalera, tenazas, martillo y clavos– están en el chaflán y no en la cara principal del fuste.

No es la única vez que estos elementos, muy representados en los cruceiros, tienen ubicaciones curiosas, porque en Xermade también hay ejemplos únicos, según precisa Mario Saavedra, en los que estos símbolos están en la base del fuste, repartidos en sus cuatro caras, como ocurre en el Cruceiro de A Xunqueira de Piñeiro, otra de las paradas de la ruta del sábado.

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