La crisis deja en concurso de acreedores otro restaurante y ensombrece el futuro

El juzgado declaró el procedimiento para O Portalón una semana después del que afectó al Mesón de Alberto
Entrada del restaurante O Portalón. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Entrada del restaurante O Portalón. VICTORIA RODRÍGUEZ

La pandemia sigue haciendo estragos en la hostelería lucense. Otro nuevo establecimiento de la ciudad de la muralla cerró sus puertas debido a la crisis sanitaria que estremece al mundo.

La situación insostenible por los continuos cierres y reducciones de aforos y horarios que sufre el sector hostelero desde mediados del mes de marzo del año pasado abocó a presentar concurso de acreedores al restaurante O Portalón, ubicado en el número 21-23 de la Rúa Germán Alonso.

En el procedimiento, declarado por el juzgado de primera instancia el pasado miércoles, se indica que "el deudor conserva las facultades de administración y disposición de su patrimonio, pero sometidas estas a la intervención de la administración concursal".

Aunque hasta el próximo 14 de marzo, con posibilidades de que se prorrogue, existe una moratoria del Gobierno central para que las empresas insolventes no tengan el deber de solicitar concurso de acreedores, en las casi tres semanas que van de febrero el juzgado mercantil de Lugo ya lleva declarados otros ocho procedimientos de este tipo, además de O Portalón.

Durante el mes de enero únicamente anunció tres. Mientras, a lo largo de todo el ejercicio del 2020 esta instancia judicial declaraba 46 concursos de acreedores, una cifra similar o ligeramente inferior a la anunciada en ejercicios anteriores. La mayoría eran por pequeños montantes económicos.

CASOS. Este no ha sido el único caso donde un establecimiento local de hostelería se ve obligado a presentar concurso de acreedores hace escasas fechas. El histórico Mesón de Alberto hizo lo propio el pasado día 11. El local lucense llevaba sin actividad desde el pasado día 7 de enero.

Muchos otros locales tampoco soportaron el cierre durante el confinamiento y cerraron la persiana para siempre. Mientras, otros profesionales con varias décadas de trayectorias en el sector hostelero decidieron optar por la jubilación y retirarse ante un escenario sanitario y económico tan delicado con el actual.

Entre los locales que se decantaron por esta opción destacan el bar Berna, ubicado en la Rúa Nova; el restaurante San Franscisco, situado en la esquina de Rafael de Vega con Montero Ríos, o la cafetería Nevada, en el Campo Castelo.

Por el contrario, otros muchos profesionales de la hostelería se mantienen al pie del cañón a la espera de las prometidas ayudas económicas anunciadas por el Gobierno central que no acaban de llegar. España es de los pocos países europeos que todavía no ha hecho efectivas dichas ayudas para un colectivo tan dañado.

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