Crece, que no es poco

Los presupuestos de la Xunta para 2015 crecen por vez primera desde el inicio de la crisis. Son 8.435,4 millones de euros, cifra que representa un 0,5% más que en el actual ejercicio, un incremento total de 45 millones. De ese presupuesto, y no es un dato menor para ver la capacidad de maniobra que pueda haber y para alternativas, ocho de cada diez euros van destinados a educación, sanidad y bienestar social. Aumentan también ligeramente las partidas de inversión, lo que se puede explicar en términos de año electoral pero también en cambio de tendencia, que repercutirá tímidamente en positivo en la economía y el empleo. Disminuye además, por vez primera en los últimos diez años, la cifra destinada a intereses de la deuda. La conselleira de Facenda, Elena Muñoz, declaró tras el Consello de la Xunta que con ese presupuesto se estima un crecimiento de la economía gallega del 2% el próximo año y rebajar la tasa de desempleo al 20%. Dependerá, como se insiste ahora, de la evolución del contexto español y euroepo. Son todos los apuntes anteriores aspectos positivos, sobre todo en un largo proceso de reducciones y ajustes. El reparto de papeles políticos sobre los presupuestos ya es conocido como norma anual: crítica de la oposición pidiendo más gasto social y más inversión y aplauso general, siempre acrítico, del grupo de gobierno. Pero lo cierto es que la gestión de la crisis en Galicia se anticipó por la Xunta y se administró sin medidas tan drásticas en campos sensibles como en otras comunidades. Hubo y hay crisis y hay menos recursos. Y no hay marco general para otras alegrías en Galicia, máxime cuando los temores a una nueva recesión dominan Europa. En su momento corresponderá ver y analizar territorialmente estos presupuestos. En este caso, desde la perspectiva de Lugo y de la Galicia interior que sigue, con crisis o sin ella, necesitando estímulos extraordinarios.

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