No existe mejor medicina que el deporte ni mejor compañía que la amistad. No hay distancia suficientemente extensa que no se mitigue con una palabra amiga. Con esa recompensa nació el 3 de febrero de 2015 el club Muller en Forma, que con el paso de los años se ha convertido en la excusa para vencer a la timidez, al asfalto y al microclima lucense.
Cristina Azanza es el alma máter de este proyecto deportivo, aunque sobre todo vital, que gira sobre el entorno lucense. "Cuando llegué a la ciudad desde Madrid hace unos años veía cómo en el Corre con Nós algunas mujeres corrían esta competición dentro de equipos mixtos. Así, tuve en mente la creación de un club de running exclusivo para mujeres", afirma la directora deportiva y técnica de la entidad.
La iniciativa corrió como la pólvora por la ciudad de la muralla y casi inmediatamente la idea cobró vida. "Gracias al boca a boca, nos reunimos 20 chicas y en este momento somos 70 corredoras de todas las edades. En el club hay mujeres de 16 años hasta los 66; que quieren iniciarse en el deporte, más dirigido a sociabilizar que a la competición", matiza.
La unión en este proyecto entre todas sus socias es evidente en cada una de sus dos salidas semanales. Los martes y jueves en doble sesión de mañana y tarde la marea rosa planta un paréntesis en su vida laboral y familiar y concilia su cuerpo en busca de las endorfinas. "Encontramos a gente que a lo mejor tenía algún tipo de complejo o timidez a la hora de hacer deporte, o simplemente no se animaba a correr por vergüenza", asevera Azanza, quien cuenta con la ayuda de toda una campeona de España juvenil de salto de altura; Paula Ferreiros, en la dirección técnica.
Las inmediaciones del templo lucense del baloncesto suele ser el patio de recreo favorito de este grupo de intrépidas corredoras. "Solemos quedar en el aparcamiento del Pazo dos Deportes, donde durante una hora hacemos trabajo específico de carrera, fuerza, subir y bajar escaleras, técnica de carrera", comentó Azanza sobre el entrenamiento del martes. "Y los jueves completamos 45 minutos de carrera continua", concluye.
TODAS LAS EDADES. Carla, de 17 años, es una de las socias más jóvenes del proyecto Muller en Forma. El compañerismo es uno de los valores fundamentales para ella. "El ambiente que hay es lo que me llevó a apuntarme y entrenar con ellas. El apoyo durante las sesiones de entrenamiento es mutuo. Si no puedes seguir el ritmo, siempre hay alguna compañera que te espera", afirma.
Esta no es la primera experiencia deportiva para Carla, exjugadora de voleibol. "Ya llevo un año y estoy muy contenta de la decisión de apuntarme. Mi madre también está en el equipo, así fue más fácil decidirme", explica Carla.
Aunque el atletismo no es su principal actividad física, ya que forma parte de un grupo de montaña como asidua practicante de alpinismo. "Empecé a correr e ir al gimnasio para prepararme para escalar", asevera Palacios, quien ha superado un calvario de lesiones durante los últimos años que no han mermado sus ansias atléticas. "Me rompí los dos isquiotibiales y la rodilla derecha, pero tengo suerte, me recupero muy rápido al hacer tanto deporte".
ESTHER CARRÍN. Su rutina diaria necesitaba un cambio. Esther Carrín siguió los pasos de sus cuñada y ahora, juntas, mantienen unos hábitos de vida saludables. "Salía a correr esporádicamente, pero ahora es mucho más divertido ir todas juntas", dice. "Ahora me gustaría ir más de dos días a las semana!, argumenta esta atleta que repele "las sesiones de escaleras"
El límite de esta atletas se aleja de la corta y media distancia exponencialmente a su nivel de preparación. "Varias compañeras participaron la semana pasada en la Vig Bay y para la segunda edición del Medio Maratón de Lugo ya entrenan doce de ellas, y seguro que se apuntarán más".
CUOTA MENSUAL. Las socias del equipo Muller en Forma abonan una cuota mensual de 20 euros. La adhesión a la actividad física con el apoyo social que supone un grupo cohesionado de deportistas es el mayor soporte de un proyecto que no hace más que crecer.
