Opinión

El coronavirus y el calendario

Lara Méndez y Alberto Núñez Feijóo exhibieron este viernes en San Caetano una buena sintonía. Sería exagerado hablar de complicidad, pero el entendimiento exhibido en público tras casi dos horas de reunión mejora con mucho los antecedentes con los que ambos llegaron a la cita. Y aunque el perfil de la alcaldesa no es tan beligerante como el de su colega Abel Caballero, al menos en las formas, lo cierto es que sí llegó a protagonizar algún sonoro desencuentro con la Xunta y en particular con su presidente.

Pero ojo, porque la razón de este cambio de rumbo responde más al contexto que a la propia estrategia política de sus protagonistas. Hay dos elementos clave: el coronavirus y el calendario. El primero, por su capacidad para igualar a las administraciones y a sus representantes: todas sufren por igual sus consencuencias. Y lo que hacen los problemas comunes es alimentar la empatía, reforzar la solidaridad y acercar a la gente, como ayer ilustraron Méndez y Feijóo en sus intervenciones.

Y sobre el calendario, el escenario que se abre, con tres años por delante sin acudir a las urnas —salvo catástrofe— tras un lustro de maratón electoral sin precedentes, también relaja los discursos y pacifica el ambiente.

Por eso ayer Feijóo mostró con Méndez la misma sintonía que hace una semana con Lores o antes ya con Bugallo, una nueva era de entendimiento político que, sea forzada o no, solo puede ser beneficiosa para la ciudadanía.

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