La acusada reconoció el martes los hechos recogidos en el escrito de acusación del fiscal, quien explicó que la madre tenía reconocida la guardia y custodia de la menor desde que se divorció de su progenitor, en 2014.
Desde ese momento, la mujer, "guiada por el ánimo de atemorizar a su hija y de imponer su voluntad sobre la menor, más allá del deber de corrección", comenzó a golpearla de forma reiterada. En esas agresiones, que se repitieron durante los años que la niña residió con su madre, la mujer utilizaba "un cinturón, un palo de escoba, un paraguas u otros objetos similares".
En concreto, el 5 de diciembre de 2017, cuando la víctima tenía 14 años, la acusada la golpeó con la hebilla de un cinturón y le provocó lesiones en un muslo y en una mano, por lo que la niña tuvo que recibir asistencia médica. Igualmente, "con el ánimo de atentar contra la integridad moral de su hija", la insultaba a diario.
La Fiscalía lucense explica que la menor "tuvo que vivir en un ambiente muy tenso con un elevado malestar anímico y un fuerte sufrimiento físico y emocional", hasta que el 12 de diciembre de 2017, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Sarria le atribuyó la guardia y custodia de la menor a su padre, que este martes ejerció la acusación particular en nombre de su hija.
El fiscal pedía para la mujer una condena de dos años y nueve de prisión, que rebajó a 21 meses. La acusada tampoco podrá acercarse a su hija durante seis meses.