El Concello de Lugo rediseña el mapa del ruido urbano, vigente desde hace dos décadas

El gobierno prevé presentar este mes a la oposición un borrador de la ordenanza de contaminación acústica distinto al redactado en 2013 ►Daniel Piñeiro dice que se revisarán las zonas saturadas y que el nuevo texto se adaptará a la ley estatal y a la reglamentación gallega

Ambiente nocturno en la Plaza do Campo durante un Arde Lucuus. SEBAS SENANDE (AEP)
photo_camera Ambiente nocturno en la Plaza do Campo durante un Arde Lucuus. SEBAS SENANDE (AEP)

LUGO. Más de dos décadas después y a pesar del crecimiento urbanístico que registró la ciudad durante los años de bonanza económica, Lugo sigue teniendo el mismo mapa de ruidos urbanos y la misma normativa que rige la apertura de establecimientos de hostelería o de industrias que generan contaminación acústica. Además, en estos años también se registraron cambios legales, con la entrada en vigor de una nueva ley estatal de ruidos y de una reglamentación autonómica para espectáculos públicos y actividades recreativas, a las que la ordenanza municipal vigente no se adapta.

Para paliar esta situación, el gobierno local pretende impulsar este año un cambio en la normativa de tal forma que este mismo mes convocará a los grupos de la oposición para presentarles un borrador de la futura ordenanza de contaminación acústica (Orca), que jubile a la vigente desde 1997. Así lo confirmó el concejal de desarrollo sostenible, Daniel Piñeiro, quien asegura que este documento será sensiblemente distinto al que llegó a ser aprobado inicialmente en 2013 y que acabó en un cajón tras recibir duras críticas de la Confederación de Empresarios, la Asociación Provincial de Hostelería o la patronal de O Ceao, entre otros, por las restricciones que contemplaba, por ejemplo, en el número de pubs y terrazas o por el nivel máximo de decibelios de las actividades industriales.

De hecho, Piñeiro explica que la ordenanza pretende ser más flexible en algunos aspectos con respecto a la actual y pone como ejemplo que, en el caso de las mediciones que se realicen para comprobar el aislamiento de un local, se varía en 5 decibelios el nivel máximo de ruido permitido.

Además, el concejal socialista explica que la futura normativa contempla una disposición transitoria para garantizar la continuidad de los negocios o industrias que la incumplan, de tal forma que tengan tiempo para adap-tarse.

En todo caso, los locales para los que se solicite por primera vez una licencia o aquellos que la tengan pero pidan permiso para hacer reformas, tendrán que adaptarse a la legislación si quieren obtener la autorización.

ZONAS SATURADAS. Pero el cambio más sustancial que llegará con la nueva Orca se dará en el actual mapa de zonas saturadas de ruido provocado por los establecimientos de hostelería. La ordenanza de 1997 establecía tres áreas de la ciudad y un total de 29 calles en las que quedaba prohibida la apertura de nuevos bares, pubs o discotecas, así como la reclasificación de la licencia de un local cuando supusiese una ampliación del horario de funcionamiento.

Este mapa, que en su día supuso una victoria para los vecinos de las calles con locales de copas que pedían al Concello coto a la apertura de nuevos establecimientos, no sufrió variaciones desde entonces, a pesar de que en la actualidad en algunas de esas calles la actividad hostelera se redujo, cuando no desapareció totalmente.

Este sería el caso de Carril do Son, junto a la plaza de abastos, donde hace años que está cerrado el único local de copas con licencia y que provocó en su momento que esta calle se declarase como zona saturada, al igual que la Rúa Cornubia, en Fingoi, donde existe una discoteca que abre esporádicamente, coincidiendo con fiestas como las de Navidad o Entroido.

Daniel Piñeiro explica que las zonas saturadas se diseñaron en su momento en función de las calles con más movida nocturna o con focos de ruido provocados por un pub o una discoteca en concreto. El concejal asegura que la futura Orca rediseñará estas zonas ruidosas en base a «criterios obxectivos», de tal forma que se tendrá en cuenta la distancia existente entre la entrada de un local y otro, para conocer así el grado de ruido que se puede generar en la calle, para lo cual también se realizarán mediciones sonoras en el exterior.

«Vanse establecer modelos para determinar se unha rúa con tres pubs pode chegar ou non a ser saturada se abre un bar ou un restaurante máis», comentó Piñeiro, quien en todo caso añade que la ordenanza va a ser negociada con la oposición.

CIUDADANOS. Desde el grupo municipal de Ciudadanos, su portavoz, Olga Louzao, avanza que es urgente que Lugo cuente con una ordenanza que se adapte a la legislación estatal y autonómica para poder «dotar de seguridade xurídica a apertura de novos establecementos».

Louzao considera fundamental rediseñar la limitación de apertura de locales en zonas saturadas porque considera que la actual ordenanza también supone un «freo á rehabilitación de edificios do casco histórico».

Ciudadanos, que hace un año presentó una iniciativa instando a cambiar la Orca para permitir la música en vivo en los locales -una propuesta que no llegó a prosperar-, considera en todo caso que la ordenanza debe hacer compatible la apertura de nuevos locales con el descanso de los vecinos.

El centro captó clientes de la zonas en declive

El casco histórico se afianzó en los últimos años como la gran zona de movida nocturna tras el declive de otros puntos que en su momento tuvieron tirón, como Marina Española y San Roque, donde hoy solo quedan dos pubs y una sala de baile, o la Rúa Castelao, ya sin locales abiertos.

En la Rúa Nova y el entorno de la catedral se reformaron en los últimos años bares que de noche se transforman en pubs pese a no tener licencia.

Marcha en el polígono
Las discotecas de la zona de Ramón Ferreiro también acabaron por cerrar y este tipo de marcha nocturna se desplazó primero hacia el polígono de O Ceao y ahora hasta el de As Gándaras, con dos locales que abren los fines de semana.

 

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