Opinión

Compromiso

Estamos en campaña electoral y todo lo que nos rodea es un continuo mensaje político aderezado de promesas; una infraestructura por aquí, un subsidio por allí y hasta un nuevo derecho por allá, sin embargo echo de menos que no se hable de compromiso con la sociedad y con los demás. 

Compromiso es la preocupación, derivada de la dimensión social del ser humano, que le lleva a interesarse por el bienestar común, una actitud que se afianza con la pertenencia a la sociedad y con la interiorización de que los problemas de todos también lo son de uno. "El compromiso es un acto, no una palabra" decía Jean-Paul Sartre, y es lo que permite que el individuo se involucre voluntaria y profundamente con el bienestar de la humanidad en general. Quien pone en práctica esta actitud, ya sean personas o instituciones, ha de ser capaz de superar la indiferencia y el individualismo para invertir su tiempo y capacidades en el bienestar de los demás y en el mejoramiento de su entorno, de ahí que sea la solidaridad el valor esencial sobre el que se fundamentan. 

Todo esto lo resume muy bien Jeffrey S. Lehman "el compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es hacerse al tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas, es el material con el que se forja el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo. Comprometerse y mantener los compromisos, son la esencia de la proactividad". 

Un elemento interesante es la diferencia que existe entre el compromiso y la obligación, ya que ambos conceptos se usan como sinónimos y no lo son

Un elemento interesante es la diferencia que existe entre el compromiso y la obligación, ya que ambos conceptos se usan como sinónimos y sin embargo no lo son. El compromiso emana del interior y lo asumimos libremente, mientras que la obligación nos viene impuesta desde el exterior y hemos de cumplirla siempre aunque no estemos de acuerdo. Asimismo, el compromiso es el motor de la acción y se relaciona con el ‘quiero’ y la obligación con el 'tengo que', lo que influye en nuestra forma de pensar, comportarnos y afrontar las situaciones que se nos presentan en el día a día. 

En este punto resulta interesante también recordar cómo ha cambiado la actitud de los jóvenes con relación al compromiso. Si bien en los 70 y 80 'luchaban' por un mundo mejor, más justo, más solidario, más humano, con actitud, ganas, energía y sobre todo compromiso por un mundo mejor, hoy en día parecen contentarse sólo con vivir una existencia anodina y acomodada. Es posible que sean la generación mejor preparada de la historia, pero creo que, en términos generales, parecen ausentes de compromiso social y político. Siempre han sido el timón de las sociedades, de su progreso y desarrollo, pero me temo que en esta época no sea así.

Urge tomar conciencia de la necesidad de que todos nos impliquemos más con los problemas del País, cada uno desde su parcela social, exigiendo a nuestros dirigentes mucho más compromiso del que demuestran, porque de lo contrario ya sabemos por dónde y hacia dónde nos lleva la actual clase política. Y conviene no olvidar, como afirmaba José Ortega y Gasset, que "sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo, si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde".

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