Como una provocación

EL PLAZO DE 24 HORAS que el Gobierno le ha dado a Competencia para que informe de la limpieza en el proceso que llevó a una subida del 11% en el recibo de la luz a partir de enero es la expresión de una urgencia en una respuesta a los ciudadanos. Es una ocasión para que el Gobierno envíe un mensaje de ejercicio de eficiente gestión, y autoridad, ante un sector que simboliza las redes del poder económico, que penetra los poros del poder político. Una subida del 11% en el recibo de la luz es un golpe a las economías domésticas, a las empresas y a la situación social del país. O muy claras han de estar las razones, que las entendamos los más profanos, o parece una auténtica provocación en la actual situación económica y social del país. Si la subida, sin entrar en porcentajes, era inevitable para el ministro de Industria, un incremento como el que se anuncia es inaceptable en términos de opinión pública e inasumible para muchas economías. ¿Qué repercusión va a tener en costes de producción y precios? ¿Es esta la misma regla de competitividad que se argumenta para bajar los costes salariales? Mientras, por un lado, se habla de déficit de tarifa, para justificar subidas e hipotéticos problemas financieros para la industria; por otro, y en contraste para el sentido común, aparecen los beneficios de las eléctricas: Iberdrola, que explota grandes recursos naturales en Galicia y que merecería un análisis, es con Endesa la segunda y tercera eléctrica por beneficios en Europa. Se podrá argumentar desde la industria que un 26% o más del importe que paga el consumidor va a impuestos. Y se podría replicar también, sin necesidad de caer en la demagogia ya que este país está como está, con los altos beneficios y las altísimas remuneraciones de altos directivos y consejeros frente a una subida del 11% en el recibo al consumidor. Es algo más que economía esta subida del 11%.

Comentarios