El comité y la dirección de Alcoa volverán a verse este martes tras no llegar a un acuerdo

Tanto el Gobierno central como el de la Xunta son partidarios de una venta a través de la SEPI para que la fábrica acabe en manos de otro operador privado
Protesta de los trabajadores de Alcoa ante la fábrica de San Cibrao. SEBAS SENANDE
photo_camera Imagen de archivo de un protesta de los trabajadores de Alcoa ante la fábrica de San Cibrao. SEBAS SENANDE

Comité y dirección de Alcoa San Cibrao han concluido varias horas de reunión con la decisión de volver a verse las caras, de forma telemática, este martes a las 9.00 horas.

Pese al ligero acercamiento de posturas, continúa la distancia entre las partes después de la primera reunión, el pasado jueves, que terminó sin acuerdo en cuanto a la necesidad que plantea la empresa de que los trabajadores suspendan la huelga para volver a sentarse a negociar la posible venta de la fábrica a la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI).

En cualquier caso, este lunes, el presidente del comité, José Antonio Zan, resalta que hizo una "última propuesta" para tratar de "desbloquear" la situación, según la cual aceptarían suspende la huelga que dura ya más de tres meses si la dirección se sienta a negociar y si se compromete "por escrito" a no parar "ninguna de las series" y al mantenimiento del personal y de la producción en las instalaciones de A Mariña.

La semana pasada, la compañía lamentó "no haber logrado alcanzar un acuerdo, debido a las exigencias adicionales planteadas por la representación de los trabajadores". En esta ocasión, ha accedido a seguir con las negociaciones este martes.

Estas negociaciones, previas a la vuelta a la mesa para hablar sobre una eventual venta de la factoría, se producen después de que la justicia prohibiese primero a Alcoa que parase las cubas de la planta de aluminio y anulase después el despido colectivo que pretendía aplicar en ella.

Tanto el Gobierno central como el de la Xunta son partidarios de una venta a través de la SEPI para que la fábrica acabe en manos de otro operador privado que mantenga los puestos de trabajo. Liberty House, del grupo GFG Alliance, mostró su interés el pasado año.

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