Opinión

Comercio local

ES MUY seguro que todo el comercio local sienta la misma preocupación expresada por el de Foz en cuanto a la dura competencia de las ventas por internet. No se trata de ser pesimista, pero el aprecio patrio de los potenciales clientes no va a ser suficiente para contrarrestar la tendencia. Es muy de lamentar que suceda: las pequeñas tiendas nunca estarán en condiciones de modificar la propensión, por razones obvias. El comercio online, con todos sus defectos, que también los tiene, ofrecen productos más variados, más baratos y la posibilidad de que el cliente los devuelva, sin que le regañen, si no está satisfecho. Estamos hablando de grandes multinacionales o cadenas importantes, en las que el cliente siempre tiene razón, y donde es difícil que quepa la trampa. Y el pequeño comercio está en desventaja, bien por no poder rivalizar en precio frente a las gigantescas distribuidoras, o por su obsoleta incapacidad de atraer al comprador, al que no siempre se mima como se debiera. El trato personalizado y cercano, una de las principales armas de seducción, no siempre funciona. Todavía quedan tenderos renuentes a satisfacer a los que van a comprar o, simplemente, a mirar el producto.

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