Comer sin gluten supone 1.500 euros más en la cesta de la compra

El presidente del gobierno aseguró durante su campaña que los celíacos pagarían lo mismo por su precio de la compra
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La red social para celíacos Celicity ha publicado un estudio, con motivo del Día de la Enfermedad Celíaca, que alerta de los altos precios a los que se enfrentan los celíacos: su cesta de la compra anual es 1.500 euros más cara y la barra de pan sin gluten les cuesta un 514 por ciento más.

La celiaquía es una enfermedad autoinmune del aparato digestivo que afecta a un 1% de la población española, aunque se trata de un colectivo emergente cuyo número de diagnosticados crece a un ritmo del 15 por ciento cada año. Los datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España también apuntan hacia esta dirección y revelan que la compra del celíaco puede llegar a ser hasta un 255% más costosa ya que, si en España el precio medio de una barra de pan de 250 gramos no llega a los 50 céntimos, la versión sin gluten alcanza los 2,42 euros.

Según los datos que ha recabado Celicity, los países que dan más ayudas en porcentaje respecto a su salario medio son Letonia (17,80%), Grecia (14,83%), Italia (6,90%) o Hungría (6,44%).

España es el tercer país del mundo en producción de alimentos sin gluten, tras EE.UU. y Brasil, y el número de referencias aptas para celíacos ha pasado de los 280 de 2008 a los 1.500 actuales, con un crecimiento sostenido del 28%, aunque aún el 80% de los productos procesados de los supermercados pueden contener gluten.

El cofundador de Celicity, José Luis Rodríguez, reconoce que, aunque los precios sean "altos" y la variedad "escasa", se ha notado un incremento de la oferta por la moda de comer sin gluten pese a no ser celíaco. De hecho, profesores de la Universitat Oberta de Catalunya alertaron de que esta nueva corriente, que ya sigue el 30% de la población en Estados Unidos, no para de crecer, pese a que no hay ninguna evidencia de que la dieta sin gluten sea beneficiosa para los no celíacos.

Un estudio de la Universidad de Harvard incluso advirtió de que esta moda puede incrementar las probabilidades de sufrir diabetes tipo 2 o algún otro desequilibrio nutricional. Además, si se restringe esta proteína también se eliminan lácteos y otros grupos de alimentos y, si esto no se compensa, puede derivar en dietas con un exceso de proteínas o de hidratos de carbono simples. Celicity también advierte de que, pese a ser una enfermedad crónica cuya única "medicina" son los productos sin gluten, el Gobierno no contempla ninguna ayuda para los celíacos.

En la campaña de las elecciones del 20-D, Mariano Rajoy aseguró que haría cuanto estuviese en su mano para que los celíacos pudiesen comprar sus alimentos al mismo precio que el resto, pero pese a la insistencia de muchos ayuntamientos, que han aprobado mociones para que se creen ayudas de este tipo, la situación no ha variado.

Algunas comunidades autónomas y provincias sí que tienen recursos reservados para apoyar económicamente a los celíacos, especialmente a aquellos en una situación más vulnerable, como es el caso de Extremadura o Bizkaia. El panorama nacional contrasta con la situación que se vive en otros países europeos, muchos de los cuales contemplan ayudas mensuales, deducciones fiscales en el IRPF o la prescripción médica de alimentos sin gluten.

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