Los comedores de Lugo se vacían

Los restaurantes sufrieron anulaciones de reservas para el fin de semana tras las nuevas restricciones que entraron este viernes en vigor
Una pareja cenando en la noche del viernes en el Manuel Manuel, una imagen poco usual este viernes en los restaurantes lucenses. XESÚS PONTE
photo_camera Una pareja cenando en la noche del viernes en el Manuel Manuel, una imagen poco usual este viernes en los restaurantes lucenses. XESÚS PONTE

"Nos cancelaron todas las reservas que teníamos para el fin de semana. Fue una llamada telefónica tras otra". Esa fue la respuesta que recibió este viernes el restaurante Nadela, según explicaba su gerente, Nacho Rodríguez, tras entrar en vigor, a las tres de la tarde, las nuevas medidas adoptadas por la Xunta de Galicia, entre ellas que solo pueden compartir mesa y mantel personas que viven juntas.

Primero fue la reducción a cinco comensales, después el toque de queda a las once de la noche y desde este viernes que solo se puedan sentar juntos a la mesa convivientes. La hostelería, en general, y la restauración, en concreto, es uno de los gremios que más está sufriendo las restricciones aplicadas para frenar la pandemia del nuevo coronavirus.

Un veterano del sector, Manuel Expósito, aseguraba este viernes que no tenía ninguna reserva para este fin de semana. "Ya veníamos de restricciones duras y esto lo acaba de rematar", precisaba el propietario del restaurante Manuel Manuel, que recordaba que desde que pudieron reabrir en mayo, tras la desescalada del primer estado de alarma, y hasta septiembre el negocio fue "mejor de lo previsto".

Los comedores se vacían, los ingresos menguan y eso se traduce en un coste laboral. Manuel Expósito recordaba que solo tiene en activo a una cuarta parte de su plantilla, "Voy a intentar seguir con tres trabajadores para no apagar las luces, para continuar dando un servicio", explicaba.

Ver más: ¿Cambia algo para los bares y restaurantes de Lugo?

Nacho Rodríguez, que tenía que prescindir este viernes de cuatro empleados, se mostraba crítico con las nuevas normas. "Son medidas frívolas, volátiles, sin objetividad, ni programación, que dañan nuestro medio de vida", afirma este empresario, que considera que "se está canalizando injustamente hacia la hostelería" el riesgo de contagio.

Coincide en ese apreciación Nicolás Vázquez, que es el gerente del restaurante Campos. "Se está demonizando al sector cuando los datos oficiales le atribuyen el 3% de los contagios", señalaba.

Nicolás Vázquez, que tuvo en su restaurante tanto cancelaciones como mantenimiento de reservas, advertía de que estas restricciones son "un impedimento más para trabajar". En el caso de su negocio, los días laborables atienden, sobre todo, comidas de trabajo y los fines de semana de familias cuyos miembros no son todos convivientes.

OTRO FRENAZO. "Es la puntilla para la hostelería. Vacían los restaurantes. Entiendo que hay que tomar medidas, pero las que nos afectan son brutales y como duren mucho supondrán el cierre para muchos negocios, que están aguantando, pero que no tendrán capacidad de recuperación ", auguraba Alberto García, del restaurante Mesón de Alberto. Este céntrico establecimiento está en cuarentena tras el diagnóstico de dos positivos, que son asintomáticos.

Ver más: Los contagios se disparan en Lugo: 119 positivos en 24 horas

El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo (Apehl), Cheché Real, también describía un sombrío panorama para el sector tras estos "contratiempos continuos" que causan "muchos perjuicios". A su juicio, "muchos establecimientos se encuentran en estado crítico porque la situación es inviable económicamente".

La campaña lanzada por Hostelería de España para que se adelanten las cenas a las 20.00 horas dado el toque de queda parece que no cala. "La cena es algo más. Buscan prolongar la sobremesa, tomar un chupito o una infusión, sin prisas, cómodamente...", afirmaba Manuel Expósito.

Nacho Rodríguez propone, como se hace desde la Apehl, que se retrase el toque de queda a la medianoche porque si no, a las once, las cenas en los restaurantes serían como "en un fast food".

Comentarios