Un perro no es un juguete

En estas fechas todo el mundo busca el regalo perfecto, el que haga más ilusión, sobre todo si el que lo va a desenvolver es un niño. Con esa idea en mente, cada año son muchos los que eligen sorprender a los pequeños de la casa con un compañero de juegos en vez de con un juguete. En lo que no piensan es en que también son muchos los animales de compañía que se abandonan en los meses de verano porque dejaron de tener gracia pasadas las fiestas.

Varios colectivos ecologistas han lanzado una campaña navideña con el fin de hacer entender a los compradores que meter a un perro en casa supone más que la ilusión del momento. "Un perro no es un objeto que se pueda cambiar", explican desde el Refuxio de Bando, en Santiago de Compostela. Desde la protectora no intentan frenar las adopciones, sino mantener la postura que defienden el resto del año: la adopción responsable.

Siguiendo esta línea, el sábado 19 montaron una carpa en la Plaza Roja hasta la que llevaron a varios de los animales del refugio, que pudieron ser adoptados en el acto. Con todo, antes de permitir cualquier acogida los trabajadores intentan asegurarse de que la persona que adopta un perro o un gato con intención de regalarlo entienda la importancia de que quien lo reciba realmente quiera una mascota. En el caso de los niños, muchos olvidan que son los padres los que deberán hacerse cargo del animal.

Precisamente por buscar la alegría de los pequeños, aumentan sobre todo las adopciones de cachorros, pese a que la mayoría de los perros del refugio son adultos. Desde la protectora insisten en que en muchos casos esto es un error, ya que la mayoría de los perros adultos se adaptan con más facilidad, adoran a los niños, son cuidadosos con ellos y no vienen acompañado de lloros, ladridos y otros "regalitos" que contribuyan al caos de las fiestas.

Según Ana García, voluntaria de Bando, los abandonos posteriores a Navidad han disminuido bastante en los últimos años, aunque siempre hay alguna "devolución". En su opinión, a veces regalar un perro hace más ilusión a quien lo da que a quien lo recibe, y otras "la persona sí que quiere un perro, pero no uno cualquiera". Hay que considerar a la persona, pero también al animal, porque "si lo traen de vuelta lo pasa muy mal, es otro abandono más", comenta Ana.

Compradores exigentes
Las tiendas de mascotas también nortan la influencia navideña, si bien en los últimos años las ventas de perros y gatos han caído. "Es por el tema de la crisis", explica Noelia, propietaria de la tienda de animales viguesa Bichos. "Se siguen regalando mascotas, sobre todo de cara a Reyes", comenta, "pero la gente prefiere tortugas o hámsters porque son más baratos". Por ese mismo motivo, en los últimos años vende más gatos que perros. En el caso de los últimos, explica, importa mucho "la raza y la moda del momento".

"Ahora mismo se prefiere un perro pequeño y práctico, sobre todo el yorkshire y el bulldog francés". Un ejemplar de esta raza puede alcanzar perfectamente los 800 euros en las tiendas, un precio que puede considerarse "barato" si tenemos en cuenta que cuando empezó la moda hace unos años uno de estos perros podía costar hasta 1200 euros. Según Noelia, la importancia de la raza es tal que quien no puede permitirse uno de estos perros prefiere optar por otro tipo de regalo a adoptar uno sin pedigrí.

Otra tencencia que refuerzan las fiestas es la de comprar complementos para mascotas, sobre todo prendas de abrigo y chubasqueros. Noelia cree que el culpable de esta nueva moda es el cambio climático, que hace que "con este tiempo gente que nunca se plantearía vestir a su perro lo vea más necesario". Sí que agradece a las fiestas el incremento en las ventas de juguetes y golosinas, ya que en la tienda nota que "cada vez son más los que buscan algo que dejar a sus mascotas debajo del árbol".

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