‘Coaching’ para agricultores

Cerca de 40 personas se forman en el Campus Terra para asesorar a productores del sector primario sobre cómo mejorar su explotación en distintos aspectos, también en calidad de vida
Tomás Cuesta, director de la Escola Politécnica, en la apertura del curso
photo_camera Tomás Cuesta, director de la Escola Politécnica, en la apertura del curso

Casi cuarenta personas, la mayoría estudiantes universitarios, se forman estos días en el Campus Terra en gestión estratégica de explotaciones agrarias y forestales. En el curso, que se desarrolla en la Escola Politécnica Superior, aprenden cómo ayudar a productores agrarios a mejorar su producción a medio plazo, pero también su calidad de vida o las posibilidades de relevo generacional. Se trata, señala Adolfo López Fabal, organizador del curso, de una orientación aún novedosa en Galicia y el resto de España, pero que ya está bastante implantada en otros países como Inglaterra, Francia o Alemania. Los asesores agrícolas cuando aplican este enfoque actúan de un modo similar a como lo hacen los ‘coaches ’en otros ámbitos, por ejemplo el empresarial y personal. Es decir, instruyen, pero también acompañan, en el proceso de alcanzar determinados objetivos prefijados.

"Se trata de fijar una estrategia productiva a medio plazo y reorientar determinadas actividades o producciones para que la explotación sea viable en el tiempo. No solo se trata de cuestiones técnicas, sino que pueden referirse a la calidad de vida de los agricultores, por ejemplo. Y también hay una labor de acompañamiento a lo largo del proceso, igual que sucede con los ‘coaches’", indica Adolfo López Fabal.

Este profesor de la Escola Politécnica señala que en España el asesor agrícola tiene hasta ahora una papel de consejero esencialmente técnico para cuestiones específicas. En el nuevo enfoque, sin embargo, se toma en consideración la explotación de forma global, en el contexto en el que se enmarca y con todas las particularidades que tiene. "Primero se recaba toda la información necesaria sobre la explotación y luego se trabaja sobre los datos obtenidos para hacer una propuesta de cambios, así como un plan de acción que sirva para llevar a cabo estas modificaciones a medio plazo", añade Adolfo López.

Los objetivos se definen a cuatro o cinco años vista y pueden suponer estrategias distintas, dado que se ajustan al caso particular de cada explotación. Las recomendaciones pueden incluir, por ejemplo, dejar de producir unos determinados productos e introducir otros distintos, cambiar los canales de venta, especializarse o crear un nuevo producto a partir de cero, entre muchas otras posibilidades. "Se trata siempre de buscar la sustentabilidad de la explotación a largo plazo, que mejore la relación entre los socios, si los hay, que se garantice el relevo generacional y que mejore la calidad de vida de los productores", reitera López Fabal.

Estos trabajos de asesoría se suelen ofrecer en dos formatos distintos: como un servicio integrado en una asociación de productores, como es el caso de cooperativas, o como una oferta de un profesional libre. En todo caso, el productor que opta por este asesoramiento, "tiene que estar dispuesto a hacer cambios con vistas a mejorar. Se trata sobre todo de reflexionar sobre las posibilidades de mejora porque a veces están estancados en un sistema determinado y no son capaces de ver más allá. Hay que analizar los problemas que tienen, pero también las oportunidades y pensar cómo quiere que sea la explotación en un plazo de cinco años", explica Adolfo López Fabal.

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