ASÍ NOS AFECTA EL VIRUS

Las clínicas de fisioterapia se preparan para reactivarse tras la cuarentena

El Gobierno impondrá medidas de protección más drásticas en las consultas
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photo_camera José Luis Valiño atiende a la judoca Sara Álvarez

Deportistas de alto nivel o simplemente personas que necesiten de los servicios de un fisioterapeuta para rehabilitar una zona concreta de su anatomía tendrán que esperar al control de la pandemia que ha dejado el mundo con una mano por delante y la otra por detrás.

Las clínicas de fisioterapia tienen permitida la atención a los pacientes solo en caso de urgencia. Los profesionales del sector atenderán únicamente a quien manifieste alguna molestia muscular o postoperatoria que no pueda esperar rehabilitación.

Son 57.000 colegiados del sector en toda el territorio nacional los que solicitaron, a través del Consejo General de Colegio de Fisioterapeutas de España, el cierre de los centros, sin haber recibido contestación, aunque su súplica sí fue oída por las comunidades de Galicia, Andalucía, Cataluña y Castilla-La Mancha, por el momento. La agenda de citas de muchas clínicas presentaba un aspecto rebosante hace escasamente un mes. Y de la noche a la mañana todas ellas fueron borradas de un plumazo por un virus que no entiende de continentes, raza o religión.

Agendas en el aire

José Luis Valiño comparte la gerencia de la clínica Marzo Saúde junto a su hermano Jesús. Ambos vieron como el porvenir daba un giro inesperado y relegaba sus planes laborales a un segundo plano. Su centro deportivo y de rehabilitación incluye servicio de fisioterapia, podología, pilates y zumba, entre otras actividades. Su cartera de clientes se mantiene a la espera de los acontecimientos, como el resto del planeta.

"Cerramos antes de que decretasen el estado de alarma. Es nuestra responsabilidad cuidar de nuestros clientes y de las personas que trabajan aquí", asegura José Luis Valiño.

El Gobierno los incluyó dentro de los centros sanitarios que podían atender urgencias, aunque para ello tendrían que contar con el material de protección adecuado. "Dos semanas antes de que la pandemia llegase a España, vimos lo que sucedía en Italia a compañeros con los que tenemos relación y decidimos aprovisionarnos de material sanitario, pero todo el envío quedó retenido cuando estalló todo. Sin material de protección es imposible abrir", explica.

Valiño no abandonará a sus pacientes en este trance sanitario histórico. "Nuestros profesores de pilates y zumba hacen sus clases en directo por medio de la plataforma YouTube. Además, como somos colaboradores del CB Breogán, realizamos videoconferencias con el cuerpo técnico y los jugadores, junto al preparador físico Jaime Capellá para que mantengan la forma física. También somos un centro de formación de fisioterapeutas y enfermería, y seguramente que hasta noviembre no podremos volver a impartir clase", matiza.

Su lista de espera llegaba a los 15 días. Ahora tratan de acomodar a sus pacientes, pero están atados de manos y piernas hasta que no se suspenda el estado de alarma y puedan abrir su clínica. "No sabemos aún como será, porque tenemos cinco salas distintas y habrá que recibir a los clientes de forma individual", aclara Valiño.

En su domicilio

Tito Quintela abría su clínica de lunes a viernes para atender a sus pacientes. Ahora comparte las 24 horas del día con sus tres hijos y su mujer, a la espera de que la situación vuelva a su cauce. "Cerré enseguida. Tampoco voy a atender ninguna urgencia. Estoy en casa con la familia. Preferí hacerlo así porque nosotros trabajamos muy cerca del paciente, manipulamos el cuerpo y la cabeza, y para hacer mal mi trabajo o a medias, pues preferí cerrar hasta que todo se normalice un poco", afirma.

Quintela difiere de los criterios gubernamentales puesto que "no me parece que la fisioterapia sea una urgencia, en la mayoría de los casos. Para atender esas situaciones están los médicos", aclara este profesional con 16 años de experiencia en su propia clínica.

Clases vía telemática

Alejandra Somoza dirige junto a Raquel Ferreiro la clínica Fisbel. Sus pacientes son su principal motivación para mantener la actividad remota durante la cuarentena. "Seguimos en contacto con todos nuestros pacientes. Nos cuentan como evolucionan y mediante mensajes y redes sociales les mandamos una serie de pautas y ejercicios para que sigan su tratamiento", matiza.

Alejandra Somoza monta y edita vídeos y tutoriales a diario para que sus alumnos no pierdan comba. "Este servicio es gratuito, al igual que las clases de pilates que hacemos por videollamada", dice, mientras anota en su agenda las consultas on line de mayo.

Un duro camino de vuelta
La pandemia continúa su paso inexorable por el planeta. La incertidumbre es uno de los caballos de batalla con los que deben lidiar la humanidad. En España, poco o nada se sabe de las condiciones que tendrán que cumplir las clínicas de fisioterapia para volver a abrir sus puertas al público y mucho menos las condiciones en las que lo harán. José Luis Valiño, gerente de la clínica Marzo Saúde, mantiene su plan de futuro aunque aún desconoce las vías por las cuál podrá desarrollarse.
Recuperar
"Vamos a tarde mucho tiempo en recuperar el nivel que teníamos antes del estado de alarma. Tardaremos meses en volver a dejar todo igual, tanto en el plano económico como en el formativo. Hasta final de año habrá que luchar por volver a la normalidad".
Protecciones
La recomendación del Gobierno en el uso de la mascarilla para los desplazamientos fuera del hogar será otro motivo más de duda en el momento de solicitar una consulta con el fisioterapeuta. "El tema de la mascarilla va a repercutir en nuestro negocio, al igual que lo hará en los locales de hostelería o en el comercio", dijo.

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