Cinco millones

IMAGINO EL CABREO del buen cubero, que en el Medievo calculaba sin más instrumento de medición que su ojo (y con precisión inusual de la época) la capacidad de las cubas que fabricaba, si viese hoy la degradación de sus prácticas de cálculo, por el mal uso que de ellas se hacen en un país, el nuestro, en el que gran parte de los informes estadísticos y sondeos tienen como principal base el tanteo o la burda suposición. Desde cómo se computan los asistentes a concentraciones (100 para unos, 300 para otros) hasta la discutible media de gasto de cada españolito en Navidad (455 euros este año), pasando por las más estrambóticas deducciones, conjeturadas casi todas a bulto, y queriendo hacer ver que son fruto de concienzudos, reflexivos e irrefutables métodos de análisis. En algunos casos ni tan siquiera se disimula. Por ejemplo, ¿por qué siempre son cinco millones los desplazamientos de vehículos en cada uno de los puentes festivos, incluido este? ¿En qué se basa la DGT, con o sin crisis, para armonizar tanta casualidad y coincidencia?

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