El Banco Santander cerró este viernes la sucursal de la Rúa da Raíña. Es una de las cuatro con que cuenta esta entidad en el casco histórico de la capital lucense, en apenas 500 metros. En su día fue la oficina principal del Banco Pastor, que estaba emplazada desde 1922 en esta céntrica esquina con la calle Xoán Montes.
El cierre, según informó la entidad que preside Ana Patricia Botín, que está realizando una profunda reestructuración de su red comercial, no supondrá ninguna alteración en su operativa y los clientes adscritos a esta sucursal serán atendidos en la de la Rúa San Marcos, que perteneció a Banesto. Además, según recomendaba el cartel que colgaba este viernes de la puerta, las operaciones se pueden hacer a través de la línea de atención telefónica, su banca por internet o su App.
La oficina que decía adiós el viernes tiene una larga historia. El Banco Pastor, absorbido por el Popular en 2011 y este a su vez por el Santander hace dos años, se instaló en la capital lucense en 1921, en un bajo de la calle Manuel Becerra –hoy en día Rúa Progreso–.
HACE 97 AÑOS. El Pastor se trasladaría a principios de 1922 a la Rúa Raíña, al edificio que hacía esquina con Xoán Montes. Era un auténtico palacete, cuya construcción promovió en 1867 el adinerado empresario riojano Lorenzo Pérez Robredo, que se dedicaba, entre otros negocios, al transporte de viajeros en galera (coche de caballos). El solar pertenecía a su familia política, que lo había adquirido en la desamortización de Mendizábal.
Pérez Robredo fue el propietario también de los terrenos en los que se asienta la conocida como Quinta de Pérez, en el barrio de Paradai. El proyecto de ese céntrico inmueble lo diseñaría el segundo arquitecto provincial, Rafael de Luque Lubián.
El bajo de este edificio de dos plantas con caballerizas y jardín en el que aterrizó el Pastor estaba ocupado desde 1911 por la banca ourensana Pedro Romero y Hermanos, que acaba de declarar suspensión de pagos, lo que causó entonces una profunda alarma social en la ciudad con clientes que se agolpaban a sus puertas para intentar recuperar sus ahorros. El apoderado de la entidad extinta, Teótimo Merino –alabado por la ejemplar gestión de la quiebra–, pasaría a ser director de la oficina principal del Banco Pastor.
En el verano de 1957 se demolía aquella casa señorial y se construía el actual edificio, en el que ha continuado la oficina bancaria hasta nuestros días.
Interés
Una conocida empresa de Lugo ya ha mostrado su interés en este local, al hacerse público que se quedaba vacío.
