El artista Celso Dourado anunció el viernes el cierre de uno de los escasos espacios privados dedicados al arte existentes en la comarca de A Mariña. Se trata de Eido Dourado, una finca de su propiedad que él mismo fue restaurando a lo largo de muchos años y, que desde hacía una década, venía funcionando cada verano como lugar en el que poder disfrutar del arte pictórico, casi siempre del propio Dourado, pero también de la música e incluso de unos jardines espectaculares.
Celso Dourado anunció el cierre de Eido Dourado prácticamente por sorpresa y en medio de un anuncio de la que será la última actuación de las que promueve allí. De forma algo enigmática aseguró que ya no seguirá soportando las "zancadillas" de las que afirmó haber sido objeto desde que pusiera a andar un ambicioso y novedoso proyecto por el que desfilaron desde artistas prácticamente desconocidos de Europa del Este a cantantes de fado, músicos gallegos y se dieron recitales poéticos.
Propuxémonos resistir a lo menos dez anos con dignidade e facendo unha actividade cultural vinculada ao noso país
A todo ello era necesario añadir la siempre impresionante presencia de sus propias obras pictóricas en el interior de la vivienda.
Con el paso de los años fue variando la mayor parte de los cuadros que tenía en el interior de la casa y que se podían ver en un entorno muy cuidado y con una iluminación especial al margen de ir alternando con exposiciones de otros pintores.
AGRIDULCE. El anuncio de Dourado encierra un mensaje agridulce y comienza con el reconocimiento de que "sabiamos que era un proxecto tremendamente altruísta, pero enriquecedor e o foi e en certa maneira o sigue sendo".
Sin embargo, pese a esas características asegura que les acabó por sorprender por "a cantidade de zancadillas que nos puxeron neste longo andar".
Dourado habla incluso de "algunha que outra denuncia", pero dice que precisamente debido a estos obstáculos "propuxémonos resistir a lo menos dez anos con dignidade e facendo unha actividade cultural vinculada ao noso país".
Esos diez años se cumplen precisamente este mismo verano y a partir de una última actuación cerrarán este espacio aunque dejan entrever que continuarán con un proyecto parecido en las instalaciones en las que ya están trabajando en Ribadeo.
Celso Dourado dice tener muy claro que "o espírito do Eido Dourado espero seguir manténdoo, case con total seguridade, salvo que cambien moito as cousas, fóra de Barreiros".
A Banda da Loba ofrece el domingo el último concierto
