Cazadores del sur de Lugo donan 120 kilos de carne al comedor de Cáritas

Organizaron una salida al monte en la que abatieron cinco piezas para las personas con menos recursos
Parte de los cazadores que participaron en la batida con algunas de las piezas
photo_camera Parte de los cazadores que participaron en la batida con algunas de las piezas

Corzo y jabalí de los montes de O Courel. Ese será el menú que tomen estos días los usuarios del comedor social que el colectivo Cáritas tiene en la Praza de Santo Domingo de Lugo, al que se accede por la Rúa Armañá, después de que una veintena de cazadores del sur de la provincia lucense y del norte de la Ourense donasen al centro las piezas abatidas en una cacería solidaria.

La iniciativa se desarrolló en el coto de Folgoso do Courel con la participación de 22 cazadores de las cuadrillas de Froxán Castro Portela (O Courel) y Os Tiracantos (A Rúa) y con la coordinación de la Armería Ribeira Sacra de Monforte.

Manuel Rodríguez, de la armería, y varios amigos llevaban tiempo pensando en hacer algo para mostrar a la sociedad la cara de la caza menos conocida, la otra lectura de una actividad muy cuestionada. Y la solución tuvo lugar el pasado 20 de septiembre cuando las cuadrillas se lanzaron al monte en busca de las piezas. Abatieron cuatro corzos y un jabalí que fueron analizados para garantizar las condiciones sanitarias de su carne. Tras las pertinentes tareas de despiece y limpieza, los cazadores entregaron en las últimas horas unos 120 kilos de carne a Sor Asunción, la titular de la comunidad de monjas que coordina el comedor social de Cáritas en Lugo. Las religiosas preparaban ayer la carne con distintas recetas para servirla entre hoy y mañana.

El monfortino Manuel Rodríguez aseguró que los resultados habían sido muy satisfactorios. Añadió que la implicación de los cazadores fue máxima, el trato con Cáritas resultó exquisito e, incluso, que la veterinaria que se encargó de hacer los análisis sanitarios de las piezas no quiso cobrarles el servicio al tratarse de una iniciativa solidaria.

Así que, ante la buen disposición de las partes, los cazadores ya están pensando en hacer otra donación en un par de meses, coincidiendo con la Navidad, para que en el comedor también puedan tener algo especial sobre la mesa.

Rodríguez comentó que la caza va mucho más que allá de disparar un arma, tiene una función relacionada con el control y la regulación de las especies o el mantenimiento de los montes y del entorno natural. Pero, además, tiene un componente social, de camaradería y compañerismo muy alto, defendió.

«Hay cosas que muchas veces no trascienden, pero, por ejemplo, es habitual que las cuadrillas de caza entreguen parte de las piezas abatidas a los habitantes de las poblaciones en las que están los cotos, que se deguste la carne en comidas vecinales. Pero nosotros queríamos dar un paso más y demostrar que la caza también es solidaria, así que vimos que un coto de Málaga se había hecho algo parecido y adaptamos la idea», explicó el coordinador.

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