Opinión

Castiñeira y su 'no es no'

El rechazo del PP a pagar 42 facturas y del gobierno a dividirlas le saca los colores al Concello

EL CONCELLO de Lugo va camino de convertirse en el municipio más moroso de España. De momento Jaén le lleva la delantera a bastante distancia, con un periodo medio de pago a sus proveedores que supera los 600 días, mientras que la capital lucense está por encima de los 100.

Para alcanzar a la ciudad andaluza solo basta con que el pulso que mantienen el PP y el gobierno local en el pago de 42 facturas se mantenga varios meses más sin que ninguno de los dos dé su brazo a torcer. El portavoz popular, Jaime Castiñeira, ya advirtió de que no va a facilitar en el pleno municipal que se destine crédito presupuestario para abonar varios trabajos encargados por la concejalía de cultura sin seguir el procedimiento reglamentario ni tampoco los recibos emitidos por empresas que llevan años sin contrato, como las que gestionan las plantas de agua o la grúa municipal.

Sí está dispuesto a que se paguen otras facturas con reparos, como las que se le deben a la Protectora de Animales por prestar el servicio de lacería, por lo que pidió reiteradamente que se dividiesen en varios bloques para poder dar el sí según convenza o no a los populares el proveedor.

Pero la concejala de economía, Ana Prieto, no está por la labor de hacer tanta distinción y de momento se ha negado a aceptar la petición del PP, por lo que su pulso también implica que sigan un mes más sobre su mesa las 42 facturas que le están sacando los colores al Concello de Lugo.

El problema es que el llamado reconocimiento extrajudicial de crédito, que no es otra cosa que habilitar dinero del vigente presupuesto para hacer pagos correspondientes a ejercicios anteriores, pasó de ser algo excepcional en las sesiones plenarias a convertirse en habitual por culpa del atasco en la tramitación de las facturas que sufre desde hace dos años el Concello.

Hasta enero pasado el PSOE solo tenía que aguantar el chaparrón de críticas por la mala gestión por parte de una oposición que facilitaba con su abstención la aprobación del crédito. Pero en el momento en el que el PP decidió bloquear estos pagos con su voto negativo, las dudas sobre el objetivo último de esta estrategia comenzaron a surgir incluso dentro del propio grupo popular.

Dos de los ediles. Enrique Rozas y Ana López Pombo, que preside el colegio veterinario, mostraron ya en dos ocasiones sus reticencias a bloquear los pagos, sobre todo porque algunos afectan a organizaciones con problemas de liquidez como la Protectora de Animales y creen que no deben de pagar justos por pecadores.

Castiñeira, que está en retirada de la política local, es consciente de que cualquier candidato a la alcaldía no utilizaría un arma de bloqueo como esa si esperase llegar algún día a gobernar, porque podría recibir en pago la misma moneda. Sin embargo, parece decidido a mantenerse firme mientras no se haga algún movimiento conciliador. Claro que si prefiere seguir la táctica de agotar y dividir al rival, el gobierno siempre pueden convocar en el próximo pleno una concentración canina para tocar la fibra sensible de los populares.

Dinero del rural para calles
El medio millón de euros consignado a Lugo por la Diputación en el plan único estaba previsto que fuese para la zona rural. Así lo habían acordado los grupos provinciales, pero el gobierno local prefirió destinar estas partidas al arreglo de calles, quizá porque es consciente de que el presupuesto local podría retrasarse hasta el verano y el dinero fresco de la Diputación es el único que podrá usar de momento para acometer obras.

'Espanya ens roba'
La moción plenaria del PSOE en la que se criticaba la falta de compromiso de los Presupuestos del Estado con Lugo y que sonó a lamento catalanista fue tachada de oportunista por algunos grupos como el BNG, pese a que luego la apoyó. La nota curiosa la puso Ciudadanos, cuya portavoz llegó a felicitarse porque las cuentas por fin contemplen partidas para el ferrocarril de Lugo. "Migallas", le replicaron desde Lugonovo.

Más títulos para Lugo
El anuncio de que el Concello ya prepara una candidatura para que el casco histórico de Lugo sea Patrimonio de la Humanidad reabrió el debate sobre la degradación de zonas como A Tinería, a pesar de la inversión que se realizó hasta ahora. La duda es si se debe pelear por este título antes de completar la rehabilitación de ese barrio o si la declaración puede animar y reactivar proyectos públicos y privados.

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