Casi el 30% de los hoteles de la provincia cerrará temporalmente por la pandemia

Las restricciones, sobre todo los cierres perimetrales, han provocado que los establecimientos se vacíen el fin de semana
El tres estrellas de Hotusa en Lugo lleva cerrado desde marzo. SABELA FREIRE
photo_camera El tres estrellas de Hotusa en Lugo lleva cerrado desde marzo. SABELA FREIRE

Las restricciones para frenar la emergencia sanitaria, sobre todo los cierres perimetrales, han provocado un desplome en la ocupación de los hoteles y eso se traducirá en que en las próximas semanas cerrarán temporalmente, a la espera de tiempos mejores, "entre el 20 y el 30%" de los alojamientos lucenses, según las previsiones que realiza la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo. En el ecuador del mes de noviembre ese porcentaje era del 10%.

Si en la primera quincena de este mes la ocupación media de los alojamientos de la provincia de Lugo se desmoronó hasta el 15%, en la segunda las previsiones son todavía más desfavorables y se estima que bajará hasta el 10%.

"Si la primera quincena fue mala, esta será desastrosa", afirma Jacobo García, que dirige el Hotel Méndez Núñez, que tiene a la mitad del personal en Erte, medida adoptada también por otros alojamientos.

Los efectos de la primera y la segunda ola de la pandemia ya provocaron en la capital lucense que el tres estrellas Puerta de San Pedro lleve cerrado desde que se declaró el estado de alarma en marzo y que el Hotel Los Olmos solo abriese 18 días en verano.

Los alojamientos subsisten ahora de lunes a viernes de la estancia de trabajadores que se tienen que desplazar

Llueve sobre mojado en este sector que advierte de que "ya había perdido el año" en Lugo, en palabras del director del Hotel Santiago Spa, Héctor Castro, porque "la temporada es del 15 de marzo al 15 de octubre".

Los alojamientos subsisten ahora de lunes a viernes de la estancia de trabajadores que se tienen que desplazar, sobre todo comerciales, y el fin de semana, según apunta Héctor Castro, "se quedan vacíos".

Esa combinación de restricciones y baja ocupación se traduce también en que el servicio de cafetería se preste solo a los alojados y que se constriñan los horarios. Las escapadas turísticas que acogían los fines de semana ya no son posibles debido a los cierres perimetrales de muchas ciudades y comunidades autónomas. El sector pide además que se visibilice su situación debido a que cuando se habla de hostelería se suele centrar en bares y restaurantes.

Aunque en noviembre ya solían decrecer las reservas, otros años vivían en la capital lucense, según recuerda Jacobo García, de eventos como la Semana de Magia, el Festival de Jazz o algún congreso de la Universidad y los peregrinos.

Tampoco se celebran los grandes banquetes de otras temporadas y se continúa con el servicio de comidas

"No hay Camino de Santiago y al ser año prexacobeo las expectativas eran buenas, pero no pudo ser", precisa el director del decano de los hoteles de Lugo.

RUTA JACOBEA. Uno de los principales enclaves del Camino de Santiago en la provincia es Sarria, en donde algunos alojamientos cerraron como cada año en la temporada de invierno y otros, como el hotel Alfonso IX, continúan con su actividad adaptados a las nuevas circunstancias. En este cuatro estrellas acusaron la ausencia de peregrinos en el Camino Francés y turistas en general, pero mantienen una clientela de trabajadores y comerciales, que hace que la ocupación sea mayor los días laborales que el fin de semana.

Tampoco se celebran los grandes banquetes de otras temporadas y se continúa con el servicio de comidas, en algunos casos con comensales que trabajan en la ruta de Monforte y Lugo, donde la hostelería permanece cerrada.

Dentro de la adaptación a la nueva situación, el establecimiento ha potenciado la terraza y proyecta hacer obras de reforma aprovechando el invierno y la baja ocupación.

RIBEIRA SACRA. Los hoteles que están en servicio en la Ribeira Sacra están bajo mínimos debido a las restricciones. En esta época reciben principalmente clientes nacionales, con lo que están muy afectados por el cierre perimetral de comunidades autónomas y ciudades.

El hotel balneario de Augas Santas, en Pantón, optó por cerrar de forma indefinida. Desde hace unas semanas no recibe huéspedes. Unos 55 trabajadores se encuentran en Erte. También se planteó el cierre indefinido en el Parador de Monforte, pero finalmente el alojamiento optó por continuar, a pesar de la escasa actividad.

A MARIÑA. En Viveiro dos de los hoteles de referencia, Urban y Nito, están cerrados porque, según explica su gerente, Alejandro Balseiro, "se suspendieron las reservas, que no eran pocas, porque dependiendo de cada sector hay gente que coge en estas fechas las vacaciones". Anhela "que pase todo cuanto antes y nos dejen trabajar", porque en el caso de los alojamientos, explica, las ayudas no son tan directas porque el cierre no es obligatorio.

En Burela, Mar Rivas, que dirige con su hermana Chus el Palacio de Cristal y el apartahotel A Cetárea, asegura que se mantienen "de luns a vernes coas empresas, pero falta o ocio na fin de semana". 

Por el contrario, su cetárea registra un incremento en las ventas de marisco. "Estamos a ter un importante incremento da demanda, porque como a xente non pode saír a restaurantes aposta por consumilo nas casas e xa llo servimos listo para comer", afirma esta empresaria.

TERRA CHÁ. En la capital chairega el cierre perimetral podría ser, como destacan desde el sector, "el golpe de gracia" para algunos alojamientos. 

"Tendo en conta a situación, as cifras de ocupación ata agora eran aceptables. Se antes da pandemia os sábados chegabamos ao 100%, agora estabamos no 50%", confirman desde el Hotel Spa Attica 21 de Vilalba, en donde desde que se anunció el cierre perimetral se cancelaron el 80% de las reservas. 

El spa, que ya redujera el horario en las últimas semanas por la caída de la afluencia, tiene que cerrar ahora y el restaurante solo abre para los alojados. 

Los clientes de empresa son la tabla de salvación. "Si las empresas siguen mandando trabajadores tendremos huéspedes porque turismo y peregrinos este año nada", dicen en el Hotel Vila do Alba. 

En el Hostal Terra Chá informan de una ocupación "del 15% y son casi todos trabajadores". Ven un futuro "incierto" y "difícil ". "Si hacia el verano se resuelve un poco esto podremos resistir", apuntan al tiempo que echan en falta "ayudas por parte de la administración".

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