Opinión

Carballo se pone a tiro

El subdelegado ya es caza mayor para sus rivales tras dar el paso para liderar el PP de Lugo

LLEVÁBAMOS TIEMPO anunciándolo pero fue el viernes 21 el día elegido por el subdelegado de Gobierno en Lugo, Ramón Carballo, para dar el paso y anunciar que optará a liderar el PP local, una decisión que a partir de ahora va a cambiar el perfil político de un cargo que solo suele dar que hablar si quien lo ocupa es dado al protagonismo, algo que hasta ahora nunca caracterizó a este veterinario de Pedrafita.

Sin embargo, el cambio de estatus asumido por Carballo va a convertirle en pieza de caza mayor para sus rivales políticos; y sí, también para los de dentro de su partido, aunque esos suelen saltar cuando llegan los momentos de debilidad. De momento, quienes comienzan a acecharle una vez se ha decidido a atravesar la azarosa puerta de la política local han sido la alcaldesa Lara Méndez, que dijo que al subdelegado nunca se le vio mayor interés por liderar un proyecto de ciudad, y el portavoz del BNG, Rubén Arroxo, que ayer se despachó diciendo que el popular no quiere ser alcalde, lo mismo que dice que en su día le ocurrió a la regidora socialista.

Semanas antes, el grupo socialista en la Diputación también promovía una moción para reprobar al subdelegado del Gobierno por unas desafortunadas declaraciones en las que consideraba que los tocamientos e intimidación que sufrió una mujer "son feitos illados, pero non se poden considerar como unha agresión sexual". Aunque Carballo pidió disculpas tras el revuelo, a PSOE y BNG no les bastó y aprobaron en pleno su reprobación, seguramente porque eran conscientes de que el discreto subdelegado estaba a punto de cambiar de división y convertirse en el enemigo a batir.

Eso sí, de momento, Carballo solo confirmó que quiere liderar el PP local, un puesto creado en su día para que los alcaldes o portavoces municipales tuviesen más protagonismo en la vida orgánica del partido, por lo que queda por resolver la duda de si el subdelegado va a dar el paso definitivo, que no es otro que optar a la alcaldía de Lugo en las municipales de 2019. Esa incógnita seguramente tardará en resolverse, porque Carballo es consciente de que si en el primer día como candidato ya recibió reproches de PSOE y BNG, durante los dos años que restan hasta los comicios puede recibir las del pulpo, y más si continúa compatibilizando la candidatura con el cargo de subdelegado del Gobierno.

De hecho, el político popular ya avanzaba ayer que hasta el último momento no dará a conocer la composición de su lista al congreso local, seguramente para no dar así margen a los excluidos de presentar una candidatura alternativa y para tener tiempo de consensuar nombres en un momento de cierto desencanto entre quienes habían sonado también como aspirantes a suceder a Jaime Castiñeira. Solo había que ver ayer en la presentación de la candidatura la caras de póker de algunos concejales populares, mientras que otros directamente prefirieron no mostrarlas y disculpar su asistencia.

El papel de Castiñeira
El aún presidente local del PP parece que se quedará al margen de la futura ejecutiva porque cree que son otros los que deben asumir el trabajo en el partido. Sin embargo, si como dijo en varias ocasiones tiene pensado mantener la portavocía municipal hasta final del mandato, la coordinación con la directiva local podría generar choques. Lo que no está claro es si su renuncia puede volver a unir al grupo o agravar su polarización.

Rozas pierde opciones
El concejal Enrique Rozas, que ayer no acudió al acto de Ramón Carballo, es una de las caras que más simpatía despierta entre la militancia popular, aunque su enfrentamiento con Castiñeira en el seno del grupo municipal no le ayudó a la hora de ganar posiciones dentro del partido. Descartado por la dirección provincial como aspirante a presidente local, sus opciones para ser alcaldable parecen haberse diluido.

Un plan B sin Carballo
Si Carballo logra convencer a su partido de que su puesto está en la Subdelegación y no en el Concello, el PP tendría que tener previsto un plan b para encabezar la candidatura de 2019. Las primeras opciones estarían en el grupo municipal, con Encarna Amigo y Antonio Ameijide como los mejor colocados, aunque de ser estas las alternativas, no debería de esperar el partido al último momento para auparlos.

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