ESTOY DESEANDO que llegue ya la nueva normalidad. Espero que no me pase como cuando esperé las películas nuevas de ‘La Guerra de las Galaxias’. Si un día veo a George Lucas por la calle le pediré que me devuelva el dinero de la entrada.
En la nueva normalidad no solo aspiro a que la gente mantenga la distancia de seguridad, creo que debemos ser más ambiciosos. Habría que establecer que fuese normal esperar en las colas sin enfurruñarse. No estaría nada mal que todos los dueños de perros sin excepción recogiesen sus cosas cuando los sacan a pasear; que cuando entras en un local y te dan los buenos sea de verdad y no un mero trámite sin mirarte a la cara; en la nueva normalidad deberían restablecerse las cuatro estaciones del año; estaría bien que los gatos de la mala suerte fuesen los blancos y que hubiese un método infalible para saber si los melones ya están dulces además de recuperarse al menos la mitad de las clases de ciruelas que había en 1975.
Espero que en la nueva normalidad no sea normal gritarle a nadie y que todo el mundo llore cuando se muere Robert Redford en ‘Memorias de África’ como forma de comprobar que son seres humanos y no robots humanoides muy avanzados. Dicen que en la nueva normalidad no habrá dinero en metálico y que todos llevaremos mascarilla. Será toda una experiencia pagar una gominola con el móvil. En los clubs de striptease chicos y chicas se quitarán la mascarilla sensualmente. Porque ser un bocazas será algo digno de ver.
