Opinión

Cambio frente a los incendios

LAS CAUSAS son múltiples y nadie tiene el monopolio de la verdad en las medidas a aplicar frente a los incendios. La Xunta acaba de dar las cifras de las hectáreas calcinadas en la oleada de incendios del mes de octubre. Esta semana el tema regresa al Parlamento. Habría que superar la fase de hablar de 'dispositivos' frente al fuego, un eufemismo para no decir contrataciones, como fórmula mágica para acabar con los incendios, y pasar a hablar, estudiar, proponer y acordar finalmente medidas para reducir las posibilidades de incendios, que surja el fuego.

Reducir la posibilidad de puntos de incendio y cuando se den, detectarlos y actuar sobre ellos en el menor tiempo posible, son las vías para reducir la plaga de focos de fuego y de miles de hectáreas destruidas. ¿Cómo se logra? No hay fórmulas mágicas, ni una única vía, pero sí habrá que aceptar de entrada que figuren medidas que encontrarán resistencia política y de sectores de propietarios que están haciendo inviable económicamente la explotación del monte.

Combustible para el fuego, como ciertos excesos, o ingenuidades, de falso conservacionismo que confunde el abandono de fincas con 'bosque autóctono'. Quizás radique ahí -en dueños absentistas y en falsos conservacionismos- dos de las principales dificultades para el consenso político sobre este problema. Pero sector productivo, técnicos, industria-transformadora y quienes se estime que pueden aportar conocimiento, han de ser escuchados formalmente para obtener conclusiones y acordarlas como normas por parte del Parlamento. Su aplicación y vigilancia corresponde a la Xunta y los ayuntamientos.

Otro intercambio de responsabilidades sobre 'dispositivos' nada aportará en la vía de avances reales frente al fuego. La alarma de octubre debería hacer posible el acuerdo que mire al futuro.

Comentarios