Los contagios relacionados con el brote del pub Doña Bella en Lugo siguen frenándose. Si del miércoles al jueves se habían detectado 17 positivos de un total de 250 PCR que se hicieron, del jueves al viernes la cifra se redujo a 11, con el mismo número de test.
Además, en las más de 150 pruebas realizadas a los hosteleros de A Milagrosa —el barrio en el que hay restrictivas más duras porque hay una mayor incidencia— no se encontró ningún positivo.
En total, el brote de la ciudad de Lugo suma 278 activos de los 796 que hay en la provincia, según informó el Sergas este viernes.
La evidente disminución de nuevos casos es una buena noticia, pero lo que resulta especialmente esperanzador es que las cadenas de transmisión del brote del pub parecen estar acotándose. La situación fue la siguiente: la noche del 14 de agosto hubo una fiesta en ese local de Marina Española con mucha afluencia. Gran parte de los asistentes residen en A Milagrosa y muchos de ellos trabajan en la hostelería, por lo que empezaron cadenas de transmisión en sus casas, con sus familias y amigos, y en sus lugares de trabajo.
En las más de 150 PCR realizadas a hosteleros de A Milagrosa no se ha encontrado ningún nuevo positivo
A la semana siguiente empezaron a detectarse los primeros casos porque los síntomas aparecen, de media, cinco días después del contagio. Inicialmente fue imposible hacer el rastreo partiendo desde la fiesta de ese pub porque los primeros diagnosticados no la mencionaron y se limitaron a hablar de una reunión en un bar para ver un partido de fútbol. No fue hasta finales de semana cuando se tuvo claro que el foco era el local de copas y se empezó a hacer búsqueda activa de los asistentes.
Es decir, durante todo ese tiempo, muchos contagiados que o eran asintomáticos o aún no presentaban síntomas iniciaron sus propias cadenas de transmisión y los contagiados en ellas, otras cadenas. Sumado eso a la circunstancia del brote en un supermercado también en A Milagrosa, ligado a dos comuniones con decenas de asistentes y en las que la mayoría resultaron afectados, incrementó sustancialmente los casos en la zona y provocó la aplicación de medidas restrictivas.
Ahora esas múltiples cadenas de transmisión, algunas con muchos infectados y con ramificaciones a otras nuevas, parecen estar cerrándose. A estas alturas, no solo se diagnostican menos casos, además los nuevos positivos están ya identificados como contactos estrechos de otros casos por lo que ya se encuentran aislados y sin posibilidad de haber provocado nuevas infecciones.
El freno en esos contagios es clave para que, de cara a la semana que viene, la Consellería pueda decidir levantar al menos parte de las medidas de restricción que, aunque se aplican en todo el municipio de Lugo, son especialmente limitantes en A Milagrosa. Así, las reuniones en el concello lucense tienen una asistencia máxima de 10 personas, que bajan a 5 en el caso del barrio, por ejemplo.
TASA DE POSITIVOS. Otra de las razones para un moderado optimismo es el porcentaje de positivos que salen de las PCR realizadas a lo largo del día. Aunque de forma lenta está bajando y, en este momento, ronda el 7% mientras que en la última semana de agosto hubo días de un 15%.
Con respecto a la presión asistencial el Hula sigue observando una considerable, que la mayoría de especialistas no esperaba hasta el otoño. Ya hay una unidad de hospitalización y parte de otra dedicada a pacientes infectados por Covid-19.
La mayoría de los ingresos corresponde a residentes de O Incio o a personas ancianas y frágiles, cuyo estado de salud se ve muy comprometido por la infección.
Sin embargo, también hay personas de mediana edad afectadas, la práctica totalidad con patología de base, como obsesidad, insuficiencia cardíaca o respiratoria u otras patologías previas.
No se espera una reducción de las hospitalizaciones en la próxima semana, ya que será el momento en el que, si se producen empeoramientos en los residentes positivos del centro Domusvi de Outeiro de Rei, tengan que ser ingresados, ya que habrán pasado ya más de una semana de las primeras infecciones.
BUENA ACOGIDA. Los vecinos les dispensaron una buena acogida y este jueves pudieron verse ocupadas hasta el aforo permitido, para lo que acompañó el buen tiempo. El servicio en terraza es el único permitido para los bares del barrio por el momento.