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Caballero vuelve a perder

Susana Díaz sufrió en Galicia el mismo síndrome que en su día acabó con Espinosa o Romeu: el apoyo del alcalde de Vigo

RESULTA DIFÍCIL sacar conclusiones de la recogida de avales en Galicia para las primarias del PSOE del próximo 21 de mayo que sean aplicables al futuro proceso interno que el PSdeG vivirá en unos meses. Y tampoco se pueden establecer muchos paralelismos con las primarias gallegas de 2016 para elegir candidato a la Xunta, en las que Xoaquín Fernández Leiceaga se impuso a José Luis Méndez Romeu, entonces contra todo pronóstico. La razón es que en los procesos estatal y autonómico de los socialistas operan dinámicas un tanto diferentes. 


Por ejemplo, la presencia de una tercera vía, representada por Patxi López, altera la habitual división en dos bloques, besteiristas y críticos, que hipoteca al PSdeG desde el final del pachismo. Del mismo modo, en Galicia hay actores, algunos importantes, que no operan —al menos abiertamente— a favor de ninguna de las opciones, una neutralidad que sin embargo no existe cuando se trata de los conflictos a nivel autonómico. Aclarado esto, no se puede negar sin embargo que la recogida de avales en Galicia sí permite realizar algunas lecturas que pueden resultar interesantes, especialmente la vinculada a la derrota de Abel Caballero.

Abel Caballero está en minoría en el juego de tronos gallego, una realidad que no podrá maquillar un eventual triunfo de Díaz


Aunque Susana Díaz superó en el cómputo general a Pedro Sánchez y el regidor olívico se felicitó ayer por ello, en Galicia la andaluza perdió, convirtiéndose en una víctima más del síndrome del apoyo de Abel Caballero, el mismo que en su día desembocó en las derrotas de Elena Espinosa frente a Pachi Vázquez para liderar el partido o la de Méndez Romeu frente a Leiceaga. Con los números en la mano, el madrileño le sacó más de mil avales de ventaja a su contrincante, pero es que incluso le ganó por unos 400 en la provincia de Pontevedra. De esta forma, la imagen del barón del sur como el todopoderoso señor del socialismo gallego, si ya se tambaleaba, ahora acabó por derrumbarse.

El abrumador apoyo que cosecha su labor como alcalde en Vigo contrasta con el rechazo que genera más allá de las fronteras del ayuntamiento. Ferraz lo sabe y por eso nunca avaló su plan para situar a Carmela Silva como referente del partido en Galicia en lugar de Pilar Cancela. Y por eso su apoyo abierto a Susana Díaz fue siempre, en realidad, un arma de doble filo para la candidata. Porque en realidad la dinámica que gobierna ahora mismo el PSdeG es la lucha entre los que están con el vigués y los que no. Y estos últimos, visto lo visto, son más.

Abel Caballero está en minoría en el juego de tronos gallego, una realidad que no podrá maquillar un eventual triunfo de Díaz a nivel nacional el 21. Dejando de lado al alcalde y presidente de la Femp, otra de las lecturas interesantes del proceso de recogida de avales que acaba de concluir fue la que realizó días atrás el presidente de la Diputación de A Coruña y alcalde de As Pontes, Valentín González Formoso, que auguró en estas primarias un resultado muy similar al de las gallegas de 2016. De momento solo se conocen los avales, pero no anduvo muy desatinado.

Las cifras de apoyos a Sánchez casi coinciden con los votos que obtuvo la candidatura de Leiceaga, de igual forma que los algo menos de 3.000 avales de Díaz son sospechosamente parecidos a los 2.900 votos de Méndez Romeu. Esto indicaría que el equilibrio de fuerzas dentro del PSdeG, con los matices antes citados que operan en el proceso estatal, se mantiene casi igual. La tercera lectura es más simple.

En 2016 Romeu ganó en avales y Leiceaga se impuso en las primarias, un giro que sin embargo nadie espera que se produzca el próximo 21 de mayo, cuando ya se da por hecho que Pedro Sánchez ganará en Galicia. Y la cuarta y última conclusión, más aventurada, es que si se confirman la mayoría de las previsiones y Susana Díaz acaba como secretaria general del Partido Socialista, Galicia será una de las pocas federaciones que no le brindaría su apoyo mayoritario, es decir, territorio hostil. Un mal, este de navegar a contracorriente, que no es la primera vez que le pasa al PSdeG.

→ En Marea ya prepara su batalla
En Marea ya superó sus primarias, pero no sus conflictos internos. De esta forma, el plenario de mediados de julio se antoja en realidad como la cita más trascendental para el partido instrumental desde su nacimiento. Prueba de ello es que las dos sensibilidades internas, los que avalan el liderazgo de Luís Villares y los que lo cuestionan, están haciendo acopio de munición.

Esta semana se conocía el nacimiento del Proceso 1 de Maio, que busca crear un movimiento juvenil autónomo en el seno de En Marea, independiente de las distintas organizaciones juveniles de los partidos que la integran. De arranque, está integrado por personas críticas con la actual coordinadora del partido instrumental y con Villares y el líder de Anova, Antón Sánchez, celebró ayer su nacimiento. Una anécdota: el propio hermano de Luís Villares le dio a ‘me gusta’ en el Facebook de la plataforma juvenil. ¿Confusión?

→ Al PP deG le tocan la financiación
Otra de las noticias políticas de la semana fue sin duda el acuerdo del PNV con el PP a nivel estatal para sacar adelante los presupuestos de Mariano Rajoy. En el PPdeG no sentó mal el acuerdo bilateral ya que consideran prioritario disponer de cuentas para garantizar la estabilidad de la legislatura. Lo que ya no gusta tanto es que en el paquete negociador se incluya el cupo vasco, es decir, la financiación autonómica.

El presidente de la Xunta había asegurado en su día que no podía haber privilegios ni diálogos a dos bandas en una cuestión como esa, pensando sobre todo en Cataluña. Pero al final parece que los hubo. Y no en Cataluña, precisamente.

ENCUENTRO EN O RIBEIRO
La bodega Casal de Armán, en Ribadavia, acogió ayer la que José Manuel Baltar calificó en su cuenta de Twitter como «gran xuntanza» de cargos populares. Junto al presidente de la Diputación de Ourense estaban la máxima responsable del Congreso, Ana Pastor; el portavoz popular en el Senado, el lucense José Manuel Barreiro; los senadores Miguel Fidalgo (Vigo) y Carmen Leyte (Ourense); la diputada compostelana Marta González o el regidor de Leiro, Francisco José Fernández, entre otros.

Destaca la presencia de la exministra de Fomento, que ya está cogiendo la costumbre de su predecesor en el ministerio, José Blanco, de poner agenda los viernes en Galicia para enganchar con el fin de semana. Ayer estuvo en el Gaiás en Santiago, en Anfaco en Vigo y después en tierras ourensanas. Será cosa de la morriña.

CUENTAS ¿PARTICIPATIVAS?
El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, inauguró este viernes un parque biosaudable en el barrio del Castrillón. Nada nuevo de no ser porque se trata de la primera obra realizada en base a las propuestas de los coruñeses a través de los presupuestos participativos de 2016. Esta herramienta con la que los vecinos pueden decidir en qué gastar parte del dinero municipal no es ni mucho menos nueva.

Nació en Brasil en 1989 y en nuestra comunidad EU y PSdeG se disputan su implantación, si bien quizás fueron los de Gómez Besteiro en la Diputación de Lugo en 2014 los primeros presupuestos participativos mediáticos. Lo que ocurre es que, en esencia, no funcionan, porque la implicación de la gente sigue siendo residual. ¿La razón? Pues que en Galicia al ciudadano le gusta saber que puede participar en algo, pero no participar. Así de claro.

LOS NÚMEROS DE ZAPATERO
Funcas, la fundación de las cajas de ahorros, presentó en Santiago un informe en el que auguraba buenos tiempos para la economía gallega, revisando al alza su propia previsión de crecimiento para la comunidad. Lo explicó entre otros Carlos Ocaña, director general de Funcas desde el año 2011, cuando José Luis Rodríguez Zapatero perdió las elecciones. Y es que Ocaña fue el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos del Ministerio de Economía durante la etapa de ZP, entre 2006 y 2011.

O dicho de otra forma, era el que le hacía los números al presidente socialista. Dejando de lado las puertas giratorias o su competencia profesional, que puede ser mucha, sorprende que ahora vaya dando lecciones de economía un cargo que convirtió un superátiv del 2,23% en 2008 en un déficit del 9,2% en 2010.


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