El puerto de Burela gana un barco de palangre para los caladeros de Gran Sol y Francia con la remodelación del Siempre San Prudencio, que cambió de modalidad pasando de la pesquería del pez espada para la de la merluza europea, que desde ahora será su especie objetivo. La empresa armadora, de carácter familiar, adquirió los derechos de pesca precisos para realizar esta modificación y variar así su área de trabajo.
La empresa Talleres Cillero acometió la reforma, que requirió la colocación de haladores para palangre y del cierre hidráulico para favorecer la utilización de este arte de pesca. Además, situaron las necesarias mesas para pasar el pescado y para su elaboración. La firma naval debió asimismo adaptar los parques de pesca forrando con poliéster los mismos y procediendo a su impregnación con pintura alimentaria.
La operación requirió además la retirada de los antiguos túneles de congelación y cámara sustituidos por una cámara específica de congelado para el almacenaje y conservación de la carnada o cebo que emplearán durante las faenas de pesca.
El Siempre San Prudencio está ya en varadero dentro del muelle pesquero burelés, pendiente únicamente de recibir la documentación remitida a Madrid tras la visita cursada por los inspectores de la Capitanía Marítima de Burela y a expensas únicamente de la colocación de una sonda de palangre para zarpar hacia aguas comunitarias.
El cambio de modalidad supuso 60 días de trabajo para la firma Talleres Cillero, que dio trabajo durante ese periodo a 40 personas. La inversión aproximada de esta actuación fue de 200.000 euros.
La familia armadora posee otro buque que también opera en esos caladeros y la transformación del San Prudencio permitirá que pueda comercializar en su puerto base, puesto que hasta ahora descargaba el espada en el puerto de Vigo.
