Cuatro embarcaciones de Burela ultiman los preparativos para partir hacia la costera del bonito, especie que espera a los barcos a tres días de navegación del muelle burelés, según indica el patrón del bonitero Ramón Estefanía, Juan Ríos, a quien acompañan un motorista, un engrasador, el cocinero y cinco marineros. Este año compartirán faenas en la campaña con otros tres barcos del puerto. Se trata del Libertad, Cruz e Cristo y Espadín. La cifra cada vez es inferior, a lo que contribuyeron además los desguaces de años pasados.
Con los víveres a bordo cargan hielo listo para emprender este miércoles por la mañana el viaje hacia el norte, rumbo a las Azores, en cuyas inmediaciones se sitúan los preciados bancos de atún del norte. Ríos reconoce que en los últimos años -los llevan cuatro al bonito-, "a pesca baixou polos peláxicos, que afectan porque de noite entran onde estamos traballando e temos que marchar". Sus redes atrapan mayor cantidad de peces, que los pescadores bureleses creen que venden para fábrica, lo implica bajadas importantes del precio.
Los boniteros de Burela, que emplean artes más selectivas, como la cacea -de anzuelo-, primero deben localizar los túnidos, que en caso de aproximarse a la costa facilitan la captura por barcos con tanque, con más capacidad de pesca, lo que deriva en que la pesquería se acabe antes.
El sector está también pendiente de la cuota, igual que la del año pasado, ejercicio en que se agotó el 23 de agosto cuando tradicionalmente aguantaba hasta principios de octubre. "Ía ser moi boa, pero cortouse á metade", explica.
