Una bolsa de patatas podridas, la causa de que se movilizasen Policía y bomberos

Una mujer denunció en comisaría que llevaba varios días sin ver a su vecino y que salía un olor nauseabundo de su casa. El hombre estaba de vacaciones y el hedor era de comida en mal estado
Despliegue de Policía Nacional y Bomberos en Doutor Gasalla. J.DURÁN
photo_camera Despliegue de Policía Nacional y Bomberos en Doutor Gasalla. J.DURÁN

No estaba muerto, estaba de vacaciones, pero el hedor que salía de su vivienda hizo saltar las alarmas en el vecindario y motivó un despliegue policial que llamó la atención de todos los viandantes que pasaban por la zona.

La Policía Nacional se trasladó el martes por la tarde a la calle Doutor Gasalla, después de que una vecina se presentara en la comisaría de la Rúa Chantada para comunicar que llevaba varios días sin ver a su vecino y que salía un olor nauseabundo del interior de su domicilio.

Según explicó la mujer, la fetidez se podía percibir perfectamente desde el rellano y desde las escaleras, y además, resultaba extraño que ningún residente del inmueble se hubiera cruzado con el hombre en tantos días, por lo que temía que pudiera haber fallecido de forma repentina en su vivienda.

Ante estas sospechas, tres patrullas de la Policía Nacional acudieron al inmueble y llamaron a la puerta del vecino, pero nadie contestó. Después de varios intentos —y tras comprobar que, efectivamente, salía un olor repulsivo de la casa—, los agentes decidieron pedir la colaboración de los bomberos para poder entrar en el piso y comprobar si había o no un cadáver.

Los efectivos llegaron a la zona, cuando ya había anochecido, y desplegaron la escalera del camión para poder acceder a la vivienda del hombre, situada en un primer piso. Los bomberos abrieron una de las ventanas del domicilio sin necesidad de forzarla y entraron en el inmueble, facilitando también el acceso a la Policía.

Los agentes recorrieron las diferentes estancias del piso y comprobaron que no había nadie en su interior, ni vivo ni muerto. De hecho, la vivienda llevaba varios días vacía y su propietario había dejado en la cocina un bolsa de patatas que acabó pudriéndose, por lo que desprendía un olor insoportable.

La vivienda estaba vacía y su dueño había dejado en la cocina un bolsa de patatas que se pudrió

La Policía finalizó su intervención tirando las patatas en mal estado a un contenedor de esa misma calle y comunicando el desenlace a los demás residentes del inmueble, que respiraron aliviados al saber que no habían estado durmiendo puerta con puerta con un finado.

EXPECTACIÓN. La intervención de los bomberos levantó una gran expectación en la calle y muchos viandantes se detuvieron para observar como los efectivos entraban en la casa a través de una ventana.

En la calle se congregaron también varios vecinos y conocidos del hombre —que al parecer vive solo— preguntándose qué le podía haber sucedido a esta persona, ya que no tenían conocimiento de que estuviera enferma.

Finalmente, cuando los agentes de la Policía Nacional salieron del domicilio y explicaron lo sucedido, la preocupación dio paso al regodeo y vecinos y curiosos abandonaron el lugar entre risas, al darse cuenta de que habían invertido parte de su tiempo asistiendo al rescate de una bolsa de patatas podridas.

Un cántabro pidió ayuda para saber algo de sus padres
Otra patrulla, en este caso de la Policía Local, se movilizó este miércoles tras recibir la llamada de un hombre, residente en Cantabria, que solicitaba ayuda para saber si sus padres —un matrimonio de octogenarios con domicilio en la capital lucense— se encontraban bien, ya que llevaba una temporada sin tener noticias de ambos.

En buen estado
Los agentes acudieron al domicilio y el matrimonio no quiso abrirles la puerta, pero les dijeron que se encontraban perfectamente. La Policía se lo comunicó al hijo, que adelantó que se desplazaría a Lugo en breve.

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