Biden sopesa una candidatura que sacudiría la campaña en EEUU

Su presentación como candidato podría dar un giro inesperado a las primarias de los Demócratas, en las que Hillary Clinton partía como clara favorita
El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden
photo_camera El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden

El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, sopesa estos días presentarse a las primarias demócratas de 2016, candidatura que muchos descartaban ya a estas alturas del año y que sacudiría una campaña electoral que está lejos de ser la esperada "coronación" de Hillary Clinton.


La contratación este lunes de Kate Bedingfield, una nueva directora de comunicación con amplia experiencia en campañas políticas, ha reforzado los rumores sobre sus aspiraciones presidenciales que resurgieron el sábado pasado, tras el encuentro que mantuvo en Washington con la senadora demócrata Elizabeth Warren, líder del ala progresista del partido.

Si Biden se presenta ahora, casi medio año después que Clinton, entraría en la campaña como un underdog: el candidato que, teóricamente, tiene menos posibilidades y desafía al favorito. Lo que fue Barack Obama en 2008.

El gran reto de Biden sería reunir los fondos y el equipo necesarios para lanzar una campaña que pueda competir con la todopoderosa maquinaria de Clinton, en la que trabajan los asesores que llevaron a Obama a la Casa Blanca en 2008.

La entrada del vicepresidente en la contienda electoral rompería el esquema de cara a las elecciones presidenciales de 2016, hasta ahora marcadas por un Partido Demócrata que cierra filas en torno a la gran favorita Hillary Clinton, y un Partido Republicano dividido entre 17 candidatos en las primarias más concurridas de su historia.

La irrupción de Biden evidenciaría la división que también existe entre los demócratas, un partido en el que el ala más progresista busca desde hace tiempo una alternativa a Clinton, a la que consideran demasiado moderada.

Si Biden se presenta, muchos en el partido tendrán el corazón dividido entre apoyar a un político que se ha ganado con su carácter afable a todos los que han trabajado con él, o respaldar a Clinton, hasta ahora el caballo ganador de estas elecciones.

El presidente, Barack Obama, no descarta apoyar a uno de los candidatos demócratas en las elecciones primarias de 2016, según anunció este lunes su portavoz, Josh Earnest, tras ser preguntado en su rueda de prensa diaria por los rumores sobre las intenciones del vicepresidente.

La candidatura de Biden, algo que muchos habían descartado ya, sacudiría una campaña que está demostrando ser mucho menos previsible de lo esperado y supondría el desafío más serio hasta ahora para la gran favorita del partido, Hillary Clinton.

Tanto Biden como Clinton compitieron con Obama por la nominación de 2008, pero ambos acabaron en puestos claves de su Gobierno: como vicepresidente y jefa de la diplomacia (2009-2013), respectivamente.

Si los dos se presentan a las primarias para lograr la nominación demócrata, Obama se verá en la disyuntiva de apoyar a su fiel y querido vicepresidente o respaldar a la candidata favorita del partido, con la que trabajan hace meses los asesores que lo auparon a la Casa Blanca.

A Obama y Biden les une una muy estrecha relación personal y han exhibido durante estos siete años una gran lealtad política, pese a que el vicepresidente, fiel a su carácter franco e impulsivo, no ha dudado en discrepar públicamente en asuntos clave.

Obama ha dicho incluso que elegir a Biden como su "segundo" ha sido su mejor decisión política.

Con la ex secretaria de Estado la relación es más compleja: en los círculos políticos se dice que los recelos de las primarias de 2008 nunca se disiparon del todo, pese a que aprendieron a trabajar juntos y al papel clave de los Clinton en la reelección de Obama.

Biden, de 72 años y con cuatro décadas de servicio público como aval, estudia desde hace tiempo la posibilidad de volver a competir por la Casa Blanca, como ya hizo sin éxito en 1988 y en 2008.

Pero el pasado 30 de mayo, en plena ebullición de anuncios de candidaturas, su hijo mayor, Beau, murió a los 46 años de cáncer cerebral.

Beau era una de las personas de su entorno que más le animaban a competir por la Presidencia, algo que decidirá antes de que acabe el verano y que cambiaría el rumbo de una campaña que dista de ser la "coronación" de Hillary Clinton que muchos esperaban.

Comentarios