La reciente historia de Carlos Bergantiños Díaz podría titularse, parafraseando una vez más al maestro García Márquez, como la crónica de una captura anunciada. Un secreto a voces es que el marchante de arte detenido el viernes en Sevilla -por orden del mismo FBI- pasó unas minivacaciones en el último San Froilán, además de visitar no hace mucho su Guitiriz natal, cuando la orden de detención internacional por fraude y estafa ya pesaba sobre él.
De trabajador de la construcción a 'espalda mojada', galerista de éxito y creador de una fundación para los más desfavorecidos
«Lo suyo es para que le hagan una película», dice Xermán Refojo, en referencia a la azarosa vida de de Carlos Bergantiños. «O para que la cuente en un libro, ahora que va a tener tiempo», bromea.
Muchos años han transcurrido