El barrio monfortino de Carude acogió su tradicional bendición del San Lázaro

Cientos de personas acudieron a la misa en la ermita que mandó levantar en el siglo XVI Rodrigo de Castro

Asistentes al acto de bendición del mirto en el barrio monfortino de Carude. TOÑO PARGA
photo_camera Asistentes al acto de bendición del mirto en el barrio monfortino de Carude. TOÑO PARGA

Las fiestas en honor a San Lázaro que se celebraron este fin de semana en uno de los barrios más antiguos de Monforte, el de Carude, congregaron a cientos de vecinos que no quisieron perderse dos tradiciones. Una es la de comer huevos cocidos aliñados con sal, pimentón y aceite, algo típico y único, pues solo tiene lugar el domingo del festejo; y otra llevarse para sus casas unas ramas de mirto bendecidas que, según la tradición, si se colocan en la puerta de acceso a la vivienda dan suerte e impiden que ningún mal afecte a los residentes. 

Fue un grupo de jóvenes del barrio el que asumió la organización de las fiestas con el fin de que no lleguen a perderse, pues en algún momento se temió que desapareciesen por falta de interés del vecindario para convocarlas. Parece que el relevo generacional está consolidado y que los ramistas son unos excelentes gestores, pues fueron capaces de organizar tres días de festejos que se iniciaron el viernes con una pancetada popular. 

San Lázaro tiene una talla en la capilla refugio que distingue al barrio y que en su día fue ermita y hospital, levantada en el siglo XVI por mandato del cardenal Rodrigo de Castro. Se sabe que estaba dedicada a acoger personas con enfermedades infecciosas y contagiosas. Por ello se levantó a las afueras de la ciudad, pero con la condición de que los vecinos hiciesen una fiesta con misa cantada el día del santo, como sucedió el domingo.

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