Baroncelle, el paraíso de la caldelá

El criador Andrés Verdes, rodeado de reses de raza caldelá en su explotación de Baroncelle. (Foto. N. Rodríguez)
photo_camera El criador Andrés Verdes, rodeado de reses de raza caldelá en su explotación de Baroncelle. (Foto. N. Rodríguez)

La ganadería Torres, sita en la parroquia de Baroncelle (Abadín), es una de las explotaciones de vacuno de raza caldelá punteras de Lugo. La asociación Caldega solo tiene contabilizadas 16 granjas en la provincia, que suman 396 reses de las 1.591 registradas en la actualidad por la federación de razas autóctonas de Galicia Boaga.

La Ganadería Torres de Baroncelle, en el municipio de Abadín, es una de las explotaciones vacunas punteras de caldelá, una de las cinco razas de vacuno autóctonas de Galicia -frieiresa, cachena, vianesa y limiá-, que en la actualidad tiene registradas 1.591 cabezas, de las que solo 396 se localizan en la provincia de Lugo, según se desprende de los datos facilitados por la asociación de criadores de raza de caldelá de Galicia Caldega, cuyo registro de granjas adheridas contabiliza 16 en territorio lucense.

La ganadería Torres, que en la actualidad ronda las 60 cabezas de ganado -25 vacas nodrizas, 13 novillas y 20 terneros- remonta sus orígenes a hace poco más de un lustro, cuando su propietario, Andrés Verdes, optó por transformar su anterior explotación de ganado frisón orientada a la producción láctea en una granja más sostenible y con menos exigencias en lo que a dedicación de tiempo y trabajo se refiere.

«Este proyecto nació con la vocación de mantener el ganado en régimen extensivo», relata Andrés Verdes, quien reconoce que esta decisión se apoya en la disposición previa de una amplia superficie de terreno ya dedicado a pradera -unas 30 hectáreas-. Tales premisas, apunta el ganadero, lo llevaron a inclinarse por una raza de vacuno capaz de adaptarse a cualquier territorio, una raza más o menos autosuficiente, a la que le bastaran los pastos para su alimentación y que tampoco exigiera un laborioso manejo.

«Después de visitar otras explotaciones y analizar las cualidades y prestaciones de cada animal, me incliné por las vacas de raza caldelá», comenta Verdes, quien si bien precisa que esta raza de vacuno está orientada a la producción de carne, remarca «el porte equilibrado de los animales, de tamaño medio, y su inteligencia», como dos de sus mayores virtudes, ya que «si observas su comportamiento siempre aprendes», dice.

La productividad de estos animales es lineal y estable, pues «cada vaca tiene una cría al año», precisa Verdes, quien detalla que esta precisión de los ciclos reproductivos se debe también a la monta natural, dado que en el mismo rebaño también pasta libremente un toro. «Es el primero que detecta los celos de cada res, algo que de no ser así resultaría muy difícil», comenta, al tiempo que añade que los cuidados sanitarios y veterinarios que requiere este ganado son mínimos y se limitan poco más que a campañas de vacunación y desparasitación.

Comercialización

La comercialización de los terneros y de la carne de raza caldelá es aún reducida y no está demasiado implantada en los mercados, bien porque la cabaña es escasa e impide la disposición de canales suficientes para ofertar, bien porque se trata de un artículo no demasiado conocido y que se despacha en muy pocos establecimientos.

Este ganadero de Abadín ha resuelto el proceso de venta de sus reses mediante un acuerdo de comercialización estable y directo con la carnicería La Tomea, radicada en Rábade, y a la que remite todos los terneros con más de ocho meses, una vez destetados.

Los canales de las reses de raza caldelá no alcanzan ni las dimensiones ni el peso de otros terneros, señala Andrés Verdes, que cifra en 150 kilos el peso medio de estos animales, lo que supone una dificultad para su venta, ya que «el mercado demanda canales más grandes para que cundan más».

CARACTERÍSTICAS
Carne rica en ácidos grasos insaturados

 

La raza caldelá, oriunda de Castro Caldelas, se ha caracterizado siempre por su gran fortaleza, según dice el veterinario y subdirector del área de zootécnica de la federación de razas autóctonas de Galicia Boaga, Juan José Lama, quien recuerda que los bueyes de esta raza son muy apreciados en el País Vasco para las tradicionales competiciones de arrastre, dada su fortaleza. La capacidad de adaptación de estas reses a cualquier territorio, por muy agreste que sea, es otra de sus virtudes.

Alimentación de pastos

Los canales de las crías de raza caldelá no arrojan el peso de otros terneros, porque se crían al aire libre y su alimentación se basa en los pastos, dice Lama, quien precisa que las analíticas de la carne de raza caldelá denotan que se trata de viandas de color rojo intenso y con un marcado nivel de ácidos grasos insaturados, del tipo del omega-3, omega-6 y CLA. Las características beneficiosas de la carne responden a las de los animales criados en regímenes extensivos y en libertad, por lo general más saludables. Aun así, Lama cree que aún no está valorado.

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