El alcalde de Burela, José María González Barcia, y su equipo de gobierno comparecieron ayer para hacer un balance de sus seis primeros meses al frente de la administración local, marcados sobre todo por la mala situación económica. El popular, uno de los primeros regidores en aplicar recortes, descartó que por el momento vaya a aplicar nuevas medidas de ajuste, «aínda que día a día se axustan cousas para mellorar a eficienza, a pesares de que a cidadanía non as note».
De todas formas, Barcia defendió su actuación a pesar de que «tomar certas decisións non é do agrado de ninguén, pero fíxose de maneira priorizada para evitar hipotecar a economía municipal máis do que estaba, senón habería que subir impostos e iso non o imos facer» e indicó que concellos de todos los colores políticos se están sumando a esta política restrictiva. De todas formas, aseguró que «estas medidas manteránse o menos tempo posible».
Los populares volvieron a culpar de la situación al anterior gobierno, ya que cuando tomaron posesión «xa estaba esgotado todo o presuposto e o caixón cheo de facturas». «Tivemos que regularizar os pagos con Espina y Delfín, E.ON, Sogama e Celta Prix e facernos cargo do emisario avariado na praia de Penoural», recuerdan.
Con todo subrayan que mantienen los servicios sociales y que incluso los ampliaron, a pesar de que «moitos pensaban que se ían desmantelar» y que la ciudadanía percibe que «o Concello actúa con máis celeridade».
Proyectos
Barcia también destacó de su gestión el impulso al plan xeral, las gestiones para mejorar la depuradora o la recuperación del proyecto del parque eólico singular. Además, señaló que «estase enriba da Xunta» para retomar el acceso al puerto.
