Las ayudas públicas frenan por ahora las bajas como cotizantes de los autonómos lucenses

En el estado de alarma hay 199 trabajadores por cuenta propia menos, un recorte del 0,6% ▶ Gude considera aún "prematuro" evaluar los efectos de la pandemia en las empresas
Hostelería
photo_camera La hostelería es uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria. AEP

Las ayudas establecidas con el fin de intentar reducir los efectos que la crisis sanitaria tendrá en los autónomos están consiguiendo por ahora frenar la sangría que se auguraba. En los pasados meses de marzo y abril tan solo 199 trabajadores por cuenta propia se dieron de baja en la Seguridad Social en la provincia de Lugo. 

Febrero se cerró con 33.517 autónomos lucenses dados de alta. En los dos meses siguientes esa cifra disminuyó a 33.318, lo que supuso una tímida disminución del 0,6%. En esas estadísticas figuran los empleadores de trabajadoras del hogar, pese a que no son empresarios. 

Ese descenso continúa la tendencia que se venía registrando desde principios de 2019. Antes de la crisis sanitaria ya se habían quedado por el camino 558 autónomos lucenses. 

Durante el estado de alarma estos se pueden acoger a una prestación extraordinaria por cese de actividad, que supone el 70% de la base reguladora, y además están exentos de pagar su seguro social. 

"Los verdaderos efectos se verán una vez finalizado el estado de alarma, pues no tiene sentido que un trabajador autónomo se dé de baja por muy mal que le vaya el negocio cuando puede acceder a una prestación por cese de actividad y continuar de alta sin abonar cotizaciones", afirmaba Juan José Rodríguez Gude, que es el director provincial de la Seguridad Social en Lugo

"Las restricciones derivadas del estado de alarma, y en particular, el hecho de que las notarías solo atiendan asuntos urgentes, puede llevar a que este tipo de operaciones no se estén realizando actualmente"

Aunque Rodríguez Gude precisaba que todavía es "prematuro evaluar los efectos de la Covid-19 en las empresas, especialmente el efecto real a medio plazo".

HOSTELERÍA. Es uno de los sectores que más está pagando los platos rotos de la pandemia. A la hora de analizar ese descenso de cotizantes hay que tener en cuenta, según explicaba Rodríguez Gude, que al declararse el estado de alarma empresas que tuvieron que cerrar porque no son esenciales, que solo tenían empleados temporales, como por ejemplo en hostelería, "procedieron a su despido y no tramitaron un Erte para no verse luego obligadas a readmitirlos y mantenerlos contratados un mínimo de seis meses". 

Las empresas que cogieron ese camino son, según precisaba el director provincial, "bajas al no conservar ningún trabajador activo, pero aunque algunas cerrarán otras reabrirán, contratando a algún empleado, cuando la evolución del estado de alarma les permita reiniciar la actividad". 

Rodríguez Gude también detallaba que a veces el aumento o el descenso del número de empresarios obedece a operaciones como fusiones, escisiones o absorciones de sociedades, que tienen más que ver con la reorganización societaria que con una situación boyante o crítica. "Las restricciones derivadas del estado de alarma, y en particular, el hecho de que las notarías solo atiendan asuntos urgentes, puede llevar a que este tipo de operaciones no se estén realizando actualmente", decía.

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