Una octogenaria que residía sola en el casco urbano pontenovés y que en principio gozaba de plena autonomía personal, fue auxiliada en su domicilio por agentes de la Guardia Civil y por personal del Ayuntamiento, ya que una vecina les alertó, advirtiéndoles sobre que ella no abría la puerta y que además, se oían lamentos en el interior. En efecto, cuando entraron, la afectada les comunicó que debido a una fuerte contractura en la parte alta del cuello, llevaba dos días sin poder levantarse de la cama. Con todo, parecía estar en buen estado de salud y quedó en un susto.
Los hechos ocurrieron hace cinco días. Tras recibir el aviso vecinal, el comandante del puesto de la Guardia Civil de A Pontenova y personal municipal, después de intentar ponerse en contacto con la familia —parte de esos familiares viven en el municipio, mientras que la hija de la afectada trabaja en Irlanda—, se hicieron con una llave de la vivienda en la gestoría de la comunidad. Entraron en compañía de la persona responsable de los servicios sociales del Concello pontenovés, departamento que no tenía a la octogenaria entre los beneficiarios de la ayuda a domicilio porque al parecer gozaba de autonomía.
Pese a ello y de acuerdo con la afectada, que tiene familia en Ourense, los familiares han previsto la opción de ingresarla en una residencia de Ourense, donde esté atendida todo el tiempo.
