Opinión

Autovías

NO SE sabe muy bien si son globos sonda o intenciones enfiladas. Puede haber de todo en la propuesta de las grandes constructoras y concesionarias fijando un peaje salvaje para las autovías, que ya el Gobierno de Sánchez insinuó y medio descartó en su día por su rechazo, sobre todo de los transportistas. No se desanimen y ya se verá cómo acaba implantándose la tasa, que en este caso es de una consecuencia brutal. Nada menos que nueve céntimos por kilómetro, un lastre para quienes, sobre todo por razones de trabajo, no puedan evitar circular por trazados que, en muchos casos, carecen de viales alternativos. Es el caso de Lugo, pudiéndose utilizar la N-VI en el tramo que une con A Coruña o Villafranca del Bierzo, pero a partir de esta localidad, y para continuar a Madrid no hay más tutía que hacerlo por la A-6. ¿Cómo puede obligarse a alguien a pagar sin darle otra opción? ¿Tendría que rescatarse la vieja radial? Lo que sí es evidente es que se dan más prisa urdiendo recetas impositivas que ocupándose de reparar el maltrecho firme de la A-6 y de la A-8, al menos en sus itinerarios por la provincia de Lugo. Los baches, además de numerosos, entrañan un peligro evidente para los conductores, pero eso al parecer no tiene prisa ninguna. Primero es lo primero.

Comentarios