Lamela: "Tuve problemas por ambientar mis novelas en Lugo"

La escritora trata la sustracción de bebés y la duración excesiva de los procesos judiciales en su cuarta novela, 'Red de sombras'

Áurea L. Lamela, en La Ferretería. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Áurea L. Lamela, en La Ferretería. VICTORIA RODRÍGUEZ

Áurea Lamela imagina en Lugo porque su escenario más visitado es Lugo. "Una novela es una novela", dice, resguardando una defensa con una obviedad. Está cansada de "tener problemas por ambientar en Lugo" sus obras. Alega que "problemas urbanísticos y corrupción política hay también en otras ciudades".

Ahora volvió a situar una obra en su ciudad. Su nueva obra, Red de sombras, está siendo un mapa de suposiciones sobre personajes y situaciones del libro que se corresponderían con personajes y situaciones reales. La presentó este jueves en La Ferretería de Lugo.

Horas antes del acto instía en que se trata de una ficción, que ella no es una escritora que pise estrictamente la realidad "como el Capote de A sangre fría o el Emmanuel Carrère de El adversario. Mis novelas no son así". Aunque todavía no ha comenzado su quinta novela, tiene una idea en la que tal vez aparte a un lado a sus investigadores, la forense Carmela Archer y el inspector Zalo; tal vez tenga una trama y, sobre todo, pueda estar ambientada en cualquier sitio.

Pero Archer, Zalo y Lugo es el trípode en el que se apoya también Red de sombras. Una operación judicial relacionada con el tráfico de bebés le ofreció los dos temas, angustiosos, sobre los que quería hablar: el tráfico de bebés y el sufrimiento de estar procesado.

Esta nueva novela comienza cuando un psicólogo imputado en una trama de robo de niños a sus padres aparece muerto con una nota de suicidio. El juez que lo imputó muere a los seis meses en circunstancias que se abren a especulaciones.

La forense Archer y el inspector Zalo deberán concretar si las apariencias coinciden con la realidad y si una trama de sustracciones de bebés es "una red de sombras que sirve de tapadera para otras cosas".

Esa "red" que da título al libro llamó también la atención de Lourdes Abuide, que participó en la presentación. "A novela ten unha rede de personaxes moi ben definidos, son personaxes de Lugo cunha vida aparentemente normal e con dobres vidas", indica la periodista de Onda Cero. En su opinión, la novela "fala moito de que os seres humanos xustificamos os nosos actos aínda que vaian en contra da nosa moral".

FRANQUISMO. A Áurea Lamela le parece "inconcebible" que se acabasen repitiendo las desapariciones de bebés que se dieron en el franquismo, cuando el sistema de garantías es más perfecto.

Para redactar esta obra, se basó en "conversaciones con abogados, revisión de periódicos antiguos y actuales, e información sobre trata de niños y adopción nacional e internacional".

El suicidio dudoso que da el tono de arranque a la novela tiene también una base real. Áurea Lamela ha tratado el sufrimiento de imputados que se ven encajonados en "procesos de larga duración que no van para adelante ni para atrás", incluso con casos de quienes "no saben si han hecho algo", pero no pueden salir del "limbo de los justos", hasta que son juzgados.

Su apego a lo tangible aporta alegrías y decepciones a Áurea Lamela. Por una parte, atrae a curiosos para leer sus libros; por otra, le provoca situaciones incómodas.

"Le pedí a un amigo, que es detective privado, que me presentase un libro fuera de Galicia; se negó porque temía que fuesen a decirle que me había contado cosas para que yo las escribiese", cuenta la escritora lucense.

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