Atacan una viña de la subzona de Amandi y arrasan cerca de 150 cepas

La Guardia Civil tiene abierta una investigación para dar con las personas que atacaron una viña integrada en la denominación de origen Ribeira Sacra, de la que cortaron unas 150 cepas.

Los hechos se produjeron en una parcela de viñedo de la subzona de Amandi. Las cepas afectadas están en el lugar de Meixende, pegadas a un camino por el que transitan los viticultores y a más de un kilómetro de la carretera que lleva al embarcadero de Doade, en Sober.

Los vándalos cortaron las cepas, que tenían poco más de dos años de edad, por debajo del injerto, prácticamente a ras de suelo, lo que impide su recuperación. Las cepas pertenecen a la bodega de Pedro Rodríguez que comercializa la marca Guímaro.

Precisamente, Pedro Rodríguez se encuentra de viaje en Estados Unidos y no quiso hacer ninguna valoración sobre la cuantía a la que ascienden los daños. «Entereime do sucedido por achegados, porque cando ocorreu xa estaba de viaxe. Así que teño unha idea vaga dos feitos e dende a distancia non podo facer unha valoración económica das perdas», apuntó Rodríguez.

«O único que teño claro é que foi un acto completamente feito a mala fe e que non foi un accidente nin moito menos», añadió el bodeguero en tono de preocupación.

Los viticultores de la zona hablaron en el mismo sentido que Rodríguez y añadieron que «é un camiño ó que non se chega de casualidade, hai que ir alí por algo, porque é un sitio apartado». Algunos compañeros de profesión se mostraban indignados porque «os viticultores da Ribeira Sacra estamos loitando por abrirnos camiño e levamos moitas décadas de esforzo para que isto saia adiante, non é de recibo que pasen estas cousas».

La bodega Guímaro es una empresa familiar que desde hace años apuesta por la calidad de sus caldos. Exporta sus vinos a sitios como China, Japón ó Estados Unidos y desde hace un tiempo trabaja en la expansión de sus zonas de viñedo. «Polas referencias que me chegan dende Galicia, as viñas afectadas son de recente plantación, pero só os que coñecen os sector poden facerse unha idea do que custa replantar na Ribeira Sacra», apuntó Pedro Rodríguez.

El viticultor se refirió al hecho de que la pérdida del viñedo no implica sólo la pérdida del valor económico de cada cepa. Cada nueva plantación tiene detrás un proceso de adecuación del terreno y preparación de bancales muy costoso que no queda reflejado en el valor exclusivo de cada cepa.

«Non podo dar máis detalles do que pasou porque o que sei e por referencias e ata que pise o terreo non podo entrar a valorar máis», añadió Rodríguez desde San Francisco, donde se encuentra en plena promoción de sus caldos.

Insólito

El propio Pedro Rodríguez y los vecinos de la zona apuntaron que lo ocurrido era un hecho completamente insólito y que no recordaban que se hubiese dado una situación similar en la zona.

El alcalde, el popular Luis Fernández Guitián, muy vinculado al mundo de la viticultura, también dijo no tener constancia de que en el municipio de Sober se llevase a cabo algún acto similar en el pasado.

Tanto la familia de Pedro Rodríguez como los viticultores de la zona confían en el trabajo de la Guardia Civil y se mantendrán esta temporada alerta para disuadir cualquier nuevo ataque o recopilar pistas.

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