Opinión

As Catedrais

LA EROSIÓN (viento, mar, lluvia...) y el cambio climático parecen la causa del derrumbamiento en la playa de As Catedrais, uno de los monumentos naturales más relevantes de Galicia. No es la primera vez que ocurre ni será seguramente la última. Son las leyes de la naturaleza, en las que siempre influye de algún modo —y no de forma positiva— la presencia del ser humano. Afortunadamente en esta ocasión no hubo que lamentar daños personales, como sí había ocurrido en 2018. De todos modos, es más necesario que nunca hacer un llamamiento a la prudencia para evitar cualquier tipo de accidente y, al mismo tiempo, para preservar un enclave que solo en verano recibe unas 200.000 visitas. Y eso que últimamente se ha venido limitando el acceso para reducir los efectos perniciosos de esa masificación. Lo ocurrido en el arenal de Ribadeo debe servir de ejemplo para otros lugares muy visitados, como O Fuciño do Porco (O Vicedo). Cuidemos nuestras joyas y minimicemos riesgos.

Colaboración entre instituciones
En ese cuidado es vital el papel del Concello y de la Xunta, que deben seguir colaborando para que As Catedrais luzca en todo su esplendor y siga siendo un símbolo del que todos estamos muy orgullosos.

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